- Ciencia
- 10 de junio de 2025
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Los erectus marchan de viaje

Los erectus marchan de viaje

Poco después de los 2 millones de años, y por primera vez en la evolución de nuestros parientes, un grupo humano se dispersó más allá del continente africano. Así fue que Homo erectus logró llegar a Europa, Asia y Oceanía. Esto lo realizó expandiendo su primer modo de talla, el I. Prueba de esta diáspora lo son los yacimientos de barranco León en España de 1,3 millones de años, el de Sangiran en Indonesia de unos 1,7, el de Dmanisi en Georgia de también 1,7, el de Longgupo en China de 1,8, el de Mojokerto en Java de también 1,8, o el de Shangchen en China de 2 millones de años. Por lo tanto, estos y otros yacimientos dan testimonio del avance temprano de los erectus por Eurasia ya desde sus inicios africanos antes de los 2 millones de años. Ahora hay que preguntarse qué razones impulsaron tal proeza si sus anteriores ancestros y parientes se mantuvieron básicamente a África.
La primera razón es de tipo climático. Alrededor de los 1,8 millones de años hubo un máximo glacial que abrió las estepas por Eurasia, diezmó sus masas forestales y expandió la sabana africana. En este contexto erectus se encontró ante la posibilidad de expandirse más allá de sus orígenes australes. De hecho la estepa asiática estaba conectada con la sabana africana y así erectus encontró una puerta abierta en su dispersión. Pero aquello no fue suficiente puesto que otras glaciaciones anteriores habían abierto otros puentes para los Australopithecus y otros bípedos precedentes.
La segunda razón se encontraba en un tema ecológico. Los carnívoros suelen ocupar grandes territorios para satisfacer sus demandas de proteína. Esto implica que se dispersan con mayor celeridad que la mayoría de herbívoros. El hecho que en la misma época otras carnívoros también se dispersaran por Eurasia parece apoyar a esta tesis. Grandes felinos como Machairodus, Panthera y Smilodon se dispersaron junto con Homo más allá de los 1,8 millones de años.
La tercera razón ya ha sido abordada con anterioridad, y es que erectus con su bajo dimorfismo sexual, sexo durante todo el año y ausencia de celo femenino, debió de conseguir una tasa de reproducción mayor que sus parientes antecedentes.
Pero una última y cuarta razón de la diáspora de los erectus fue su encefalización. Su gran cerebro los hizo más versátiles, flexibles y adaptables en nuevos espacios. Su diáspora fue inevitable, y no una sola vez, sino al menos dos. Si hace entre 2 y 1,8 millones de años aconteció una primera dispersión, medio millón años más tarde se registró otra. Esta vez, y nuevamente desde África, los erectus mejoraron su estilo de vida hace unos 1,6 millones de años. Con una nueva talla muy extendida por África, el Modo II, más la habilidad de campamentos con fogatas estables, y conjuntamente con un posible protolenguaje, parece que erectus volvió a salir de África hacia Europa y Eurasia.
Así tenemos constancia en Europa y Asia del Modo II, los bifaces. Ponemos por ejemplo el yacimientos del río Bose en el sur de China con 800.000 años, o los de Tilo Ubeidiya en Israel con unos 1,4 millones de años. Es decir, la segunda diáspora empezó más allá del millón de años, todo esto asociado a la talla modo II, al dominio del fuego y al uso de un posible lenguaje. Así, y con el dominio del fuego, los erectus mejoraron su defensa ante competidores, redujeron los parásitos de la carne cruda, obtuvieron una fuente de calor adicional, iluminaron la oscuridad, y finalmente cocinaron sus alimentos. Esto último hizo más blandas, digeribles y masticables sus ingestas.
En cierto modo el fuego aumentó su capacidad de adaptabilidad afianzando su éxito reproductivo y su nueva diáspora hace más de un millón de años. Yacimientos con hogueras controladas que dan este pistoletazo de salida su la cueva de Wonderwerk en Suráfrica y la cueva de Swartkrans de 1,1 millones de años, o la Chesowanja a Kenia de hace 1,4 millones de años. En esta última se excavaron hasta 40 calcinaciones circulares, es decir, hogueras centrales que acogían individuos a su alrededor. También hay que mencionar las fogatas de Koobi Fuera, Awash y Gadeb también en África de unos 1,5 millones de años, aunque, y en estos casos, pertenecen a fuegos ocasionales sin certeza que erectus los alentara o gestionara.
En resumen podemos decir que erectus empezó a dominar el fuego durante el primer tercio de su existencia, una técnica que le fue muy útil para su segunda diáspora por el mundo. En pocos milenios aquellas poblaciones evolucionarían hacia el Homo sapiens y el Homo naledi por África, hacia el Homo floresiensis y otros por Indonesia, y finalmente hacia la Homo heidelbergensis y neandertal por Europa y Próximo Oriente. Cómo vemos la dispersión de los erectus fue el preámbulo de nosotros mismos, los sapiens, y de una cosa más importante, la expansión de la cultura fuera de los límites de la especie.
Ahora los cambios de cultura lítica se dieron dentro de una misma especie, no entre especies, puesto que erectus pasó de la talla Y a la II sin cambios taxonómicos relevantes. Igualmente pasaría con neandertal y otros que pasaron de los bifaces del II al mosteriano del III, o con los sapiens que pasaron del modo III al IV, y todo esto cada vez a mayor celeridad. A partir de ahora, la evolución cultural estaba desatada, y en parte, de la biológica con unos avances tecnológicos cada vez más rápidos. La explicación a todo aquello sería el aumento gradual del índice de encefalización de los erectus. El cerebro iba a permitir la revolución cultural en la evolución humana y esta la configuración de nuevos éxitos. Uno de ellos fue la llegada de los erectus a la Europa occidental.
Fuente: educational EVIDENCE
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