• A pie de aula
  • 21 de junio de 2024
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Graduaciones

Graduaciones

Graduaciones

Dime cómo es tu graduación y te diré quién eres

Imagen de OpenClipart-Vectors en Pixabay

 

Licencia Creative Commons

 

Antoni Hernández-Fernández

 

En el contexto educativo, las graduaciones representan un momento culminante, un oasis de alegría, regocijo y satisfacción tras el arduo camino del aprendizaje. Este evento final, extático, no solo marca el fin de una etapa académica, sino que también se convierte en un locus amoenus, un lugar idílico que, al igual que en la literatura latina, ofrece cierto consuelo y reflexión final del trayecto recorrido, tanto a estudiantes como a profesores. Es un claro en medio del bosque educativo, una fuente de anécdotas, del relato de los momentos críticos o épicos, que confluye en el río que configura las sociedades humanas.

Son también un momento de separación, de senderos borgianos que se bifurcan. Las existencias coligadas por las asignaturas, los planes de estudios, los cursos y las leyes educativas, toman rumbos divergentes. Hay despedidas, pero anidan también en el alma docente los futuros logros y sueños por alcanzar. Los profesores aguardan desde ese momento a la siguiente promoción, que llegará renovada e igualmente joven, envejeciendo un poco más cada curso.

La vida docente a menudo es un viaje solitario. Las lecturas y las horas de preparación, las correcciones, la planificación de clases, el esfuerzo constante y cotidiano por enseñar y motivar a los estudiantes forman parte de un trabajo que no suele recibir un reconocimiento inmediato. Cuando el curso ha funcionado en su conjunto, pues hasta el mejor escribano echa un borrón, las graduaciones son una fuente de agua fresca que reaviva nuestro espíritu, en un momento de cansancio final, azuzado por el estío.

La energía y vitalidad de los estudiantes graduados reavivan al profesor. La ceremonia de graduación, con su carga emotiva y simbólica, es un cónclave donde el docente puede apreciar los frutos de su labor. Sonrisas, bromas, abrazos y las palabras de agradecimiento de los alumnos, o de sus familiares, son el bálsamo de Fierabrás para el maestro, agotado en el tramo final, cuando no exhausto.

En mi recorrido docente he vivido ya muchas graduaciones abigarradas. Dime cómo es tu graduación, y te diré quién eres. ¿Privado o público? ¿Alegre o seria? ¿Formal o informal? Quizá haya un esmerado e incluso lujoso catering, o compitan las tortillas de patata de los familiares y los ganchitos de bolsa del súper; tal vez sea bajo la sombra de los árboles del patio, o en el gimnasio decorado con globos insuflados con el aire del éxito final, o en un auditorio decorado con esmero, ¿por los propios alumnos o por profesionales contratados?; hablarán los alumnos, ¿representados por aquellos más carismáticos o por lo que han obtenido mejores notas?, o lo harán los docentes y los equipos directivos, más o menos encorbatados, según sea la titularidad del centro. A veces hay más distancia social, entre alumnos y profesores, y uno se va a dormir temprano, a veces se confraterniza con la tropa ya licenciada y se acaba saliendo hasta altas horas de la noche. Sea como sea, la comunidad educativa se reúne para celebrar el esfuerzo conjunto, la dedicación y el conocimiento adquirido. Se reconoce allí la semilla del futuro. De aquella promoción y de la sociedad.

Toda graduación es un acto social. También una ceremonia. Una celebración conjunta que sitúa al docente en el contexto al que ha dedicado sus esfuerzos. Si en ella no obtiene un cierto reconocimiento, si no encuentra el calor de la gratitud, si no acaba de compartir un momento de armonía y satisfacción, y, sobre todo, si se sigue sintiendo solo tras ella, quizá deba plantearse cambiar de aires. Cada uno encaja en un lugar.

Y a veces basta con el agradecimiento de un alumno, de un padre o una madre. Puede ser suficiente alguna sonrisa o un gracias. No hace falta pompa, ni reverencias, ni regalos, ni grandes actos o exaltaciones. La humildad reina en el gremio. No somos tan exigentes, de verdad. Aunque cada uno tiene sus expectativas, por supuesto.

Acaba el curso, ¿se renueva el espíritu? Me ha encantado la graduación de este curso. Siembra y recogerás. Suerte en el futuro, egresados.


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

1 Comments

  • Gracias por este curso Toni, por hacerlo tan ameno e interesante y por ser tan cercano y extrovertido. Feliz verano!

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