• Opinión
  • 3 de diciembre de 2024
  • Sin Comentarios
  • 6 minutos de lectura

¿Pedagogía o didáctica?

¿Pedagogía o didáctica?

¿Pedagogía o didáctica?

Tumisu. /Pixabay

Licencia Creative Commons

 

Josep Oton

 

Cuando un docente de la especialidad de Educación Física llega a un centro, pregunta por las instalaciones deportivas. Necesita saber si dispone de un gimnasio convenientemente equipado, de una pista polideportiva o de algún espacio donde los alumnos puedan correr, hacer ejercicio y practicar algún deporte. No sirve cualquier sala ni cualquier patio. Hacen falta unas condiciones mínimas. Y, también, una serie de recursos materiales propios de esta especialidad, como, por ejemplo, las pelotas. Le harán falta balones de fútbol, básquet o voleibol. En sus clases no pueden faltar estos objetos esféricos. Sin ellos no puede impartir su materia.

Ahora bien, estos mismos balones tan útiles en la clase de Educación Física pueden ser una distracción y un estorbo en la clase de Historia. Salvo excepciones difíciles de justificar, las pelotas no pintan nada en la hora de Ciencias Sociales.

Cada materia precisa de unas aulas específicas. No son iguales los laboratorios de Física que los de Química, Biología o Geología ni mucho menos el taller de Tecnología. Música requiere una sala con instrumentos y equipos de sonido. Visual y Plástica necesita unas mesas de un tamaño mayor a las utilizadas en otras asignaturas.

Para impartir una determinada especialidad docente hace falta disponer de unos espacios adecuados y de unos instrumentos de trabajo particulares. Algunas materias pueden compartir espacios, las aulas ordinarias, eso sí, obligando al profesorado a trasladar de aquí para allá libros u otros utensilios propios de su disciplina. Pero para dar en condiciones el currículum de una asignatura es imprescindible una dotación específica, unas salas y unos instrumentos acordes a los contenidos y las competencias.

Lo que pasa con los espacios y los recursos materiales es equiparable a lo que sucede con las metodologías. Cada especialidad recurre a unas técnicas de enseñanza-aprendizaje específicas. Así, por ejemplo, aplicar el aprendizaje basado en proyectos resulta óptimo en las clases de Tecnología; recurrir a la interdisciplinariedad de los ámbitos puede ser apropiado en algún tipo de asignaturas afines impartidas en los primeros niveles educativos; el enfoque competencial es muy útil en la enseñanza de idiomas; las situaciones de aprendizaje son fáciles de aplicar en las clases de Geografía. Sin embargo, no podemos olvidar que cada materia funciona con sus propias metodologías y es una aberración imponer de manera sistemática técnicas procedentes de otras disciplinas, o peor aún, del mundo empresarial.

Igual que una pelota puede ser un factor distorsionador en la clase de Historia, también lo puede ser una metodología inapropiada. El método científico o el hermenéutico deben se enseñados por profesionales que hayan demostrado el dominio de los conocimientos propios de un saber académico, así como la capacidad para transmitirlos. No se trata de aplicar recetas resultonas. No hay algoritmos educativos infalibles. La interpretación de un texto histórico tiene sus particularidades y no se puede homogeneizar con el comentario de una poesía o con la lectura del enunciado de un problema. A cada especialidad le corresponden unas peculiaridades metodológicas que se desarrollan a través de una didáctica específica.

No es lo mismo enseñar Matemáticas que Latín; impartir Educación Física es diferente que dar clases de solfeo; realizar un proyecto en Tecnología no requiere las mismas pautas que un análisis sintáctico.

Por supuesto, encontraríamos puntos de contacto en la didáctica de las diferentes disciplinas, incluso ámbitos de intersección y de interrelación, pero cada especialidad conlleva no solo unos contenidos particulares sino, también, unas metodologías específicas.

La atención al alumnado en el marco de un sistema educativo inclusivo también muestra sus peculiaridades. Resulta evidente que la diversidad debe ser tratada de manera diferente en la clase de Educación Física, que en Música, Matemáticas o Lengua. Las dificultades para el aprendizaje de cada especialidad pueden ser muy divergentes, y la intervención educativa, también.

A mi modo de ver, hemos confundido la pedagogía con la didáctica. La primera estudia los principios, fines y fundamentos de la educación, mientras que la segunda se encarga de los métodos, técnicas y estrategias de enseñanza. La pedagogía analiza la educación en sentido amplio. En cambio, la didáctica se centra en el proceso de enseñanza-aprendizaje de unos contenidos específicos. Una es un saber más teórico; la otra, es un saber práctico, competencial.

No hay que infravalorar las aportaciones de la pedagogía, pero los docentes deben estar formados en la didáctica específica de su materia. Intentar generar una especie de esperanto globalizador, poniendo todos los conocimientos en el mismo saco sin percatarnos de las particularidades de cada aprendizaje sería como renunciar a las aulas específicas de cada materia y creer que se puede enseñar Educación Física en el taller de Tecnología y hacer experimentos de Química en la biblioteca.


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *