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  • 18 de junio de 2024
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El misterio Razumovski

El misterio Razumovski

El misterio Razumovski

Martín Llade ha aprendido de la mejor novela policiaca escandinava reciente a no utilizar apenas descripciones

Portada del libro. / Ediciones B

Licencia Creative Commons

 

José del Rincón

 

Martín Llade: un narrador poderoso

Después de Lo que nunca sabré de Teresa, excelente biografía novelada de la actriz Teresa Ann Savoy, Martín Llade se plantea todo un reto: escribir una larga novela histórica y policiaca en la que Ludwig van Beethoven es el detective. Y sale más que airoso de tan difícil empeño. La mayor parte de la novela está escrita con una elegantísima pulcritud, pero también hay muchos ejemplos de verdadera orfebrería verbal.

El misterio Razumovski (Ediciones B, 2024, 651 páginas) es una mezcla perfecta de varios géneros. Al menos, es a la vez una una novela histórica, una novela policíaca, una novela humorística y una novela en la que la música es reina y señora, y cada lector elegirá cuál de estos aspectos predomina sobre los demás. Para quien pretenda estudiar la novela, la documentación es apabullante, tanto en lo musical como en lo meramente histórico, pero admite también una lectura más desprejuiciada en la que esta erudición no agobia en absoluto al lector y en la que todo fluye con facilidad. Tal rigor no se contradice con una imaginación desbordante a la hora de idear la parte ficticia, de encajarla en la Viena de 1814 y de construir a su manera unos personajes de los que la mayor parte son históricos. El libro se lee, a pesar de su extensión, con facilidad y sin que la acción decaiga ni un solo momento.

A diferencia de una pésima novela sobre Bach publicada hace no mucho, en El misterio Razumosvki, todo lo que no es ficticio está tratado con fidelidad a la historia. Y si el autor de esa otra novela sobre el Cantor de Leipzig remite al final a la “inabarcable bibliografía” para que el lector se moleste en recomponer el desaguisado, Martín Llade añade a su libro un postludio aclaratorio en el que nos dice qué sucedió con los principales personajes históricos después de concluida la acción.

Otros críticos han hecho notar que El misterio Razumosvki bebe de la novela policiaca de finales del siglo XIX y de la primera mitad del XX y tienen razón: es cierto que la peculiar pareja formada por Beethoven y Anton Schindler recuerda a la que constituyeron Sherlock Holmes y Watson en las novelas de Conan Doyle; también es verdad que Llade va creando sucesivos sospechosos, a la manera de Agatha Christie en El asesinato de Roger Ackroyd, aunque yo diría que el donostiarra es más sutil que la británica a la hora de ir señalando estos personajes. Pero no es menos cierto que Martín Llade ha aprendido de la mejor novela policiaca escandinava reciente a no utilizar apenas descripciones; con no menos eficacia que aquella con la que Henning Mankell o Stieg Larsson consiguen ambientar sus novelas en Estocolmo o en otros lugares de la Suecia actual, Martín Llade recrea a la perfección la Viena de Metternich.

Corro el riesgo de exagerar, pero no he podido dejar de acordarme del Quijote al encontrarme con una larga novela en la que el sentido del humor tiene muchísima importancia y en la que hay dos personajes principales en los que los papeles están invertidos con respecto al original cervantino: aquí es el amo y no el criado el equivalente a un Sancho Panza carnavalesco, casi bajtiniano1.

Y ya que hablamos de los personajes, son uno de los aspectos más conseguidos de esta novela. La información que la propia editorial difunde insiste en el protagonismo de Beethoven; el propio Llade, para despistar, habla de tres protagonistas en el censo de personajes que antecede a la novela en sí: Beethoven, Schindler y Razumovski. Pero Andréi Razumovski no deja de ser un secundario de lujo: el protagonismo absoluto de la novela recae a partes iguales entre el genial compositor y el narrador en primera persona Anton Schindler: tanto monta, monta tanto. Partiendo de un hecho rigurosamente cierto y de que Schindler fue más tarde el primero y el menos veraz de los biógrafos del sordo de Bonn, Llade construye un personaje no menos genial que el de Beethoven. Los dos protagonistas son personajes de una gran profundidad psicológica, pero, a la vez, están magistralmente diferenciados. A la hora de trazar sus dos principales personajes, Martín Llade es a la vez Terencio y Plauto.

El escritor guipuzcoano es un maestro a la hora de integrar elementos disímiles y que el resultado resulte natural y fluido. Si precisamente el rasgo más conocido de la personalidad de Beethoven es su mal genio, en El misterio Razumovski el compositor es el personaje en quien más se concentra un bárbaro sentido del humor que también se esparce por la gran mayoría de los personajes. Martín Llade construye un Beethoven detective, poseedor de un gran sentido del humor (sin perder, a veces, sus malas pulgas) e incluso, en ocasiones, tierno y el resultado es plenamente creíble. Y, casi de la nada, el director de Sinfonía de la mañana crea la contrapartida de su peculiar Beethoven, que no es otro sino Anton Schindler, otro personaje complejo, a ratos fanfarrón, a ratos presuntuoso, que sufre las más diversas vicisitudes, a veces un tanto forzadas, pero Llade es un narrador poderoso y consigue que el resultado sea igualmente verosímil.

De igual manera que la protagonista de Lo que nunca sabré de Teresa afronta con buen humor las adversidades que surgen en su carrera y no sabemos hasta qué punto ese humor pertenece a Teresa Ann Savoy o al periodista donostiarra, en El misterio Razumovski, Llade también lleva a su terreno a sus personajes. Hay toda una gradación desde la más sutil ironía al humor de trazo más grueso. Curiosamente, no hay en la novela ningún juego de palabras, cuando estos son el pan nuestro de cada día de los chistes de Sinfonía de la mañana.

Con la misma maestría con la que Martín Llade construye sus dos protagonistas, delinea a los personajes secundarios, que son tipos de extraordinaria eficacia; dos ejemplos son el zar Alejandro I y el emperador Francisco I de Austria, trazados a la perfección con muy pocas pinceladas. Llade atribuye incluso rasgos comunes a algunas naciones, como sucede con la peculiar delegación prusiana.

Es un hecho que, en general, las novelas de los últimos años contienen más música que las de tiempos anteriores. Pero será difícil encontrar otra novela que contenga más música que esta y no solo por su extensión. Estructurada en cuatro grandes partes que coinciden con los cuatro movimientos de una forma sonata, cada uno de los ochenta capítulos está encabezado por un movimiento o por una obra de Beethoven, que puede o no aparecer en el capítulo correspondiente o en capítulos aledaños. En 1814, Beethoven se hallaba inmerso en la escritura de El momento glorioso, op. 136 (obra estimable que no está a la altura de su mejores composiciones) y el libro rinde cumplida cuenta de ello, pero las referencias a muchas otras obras de su autor y, con menor frecuencia, a otros compositores son continuas en la parte ficticia de la novela, bien porque algunos personajes tocan o cantan esas músicas o bien porque las recuerdan o hablan de ellas.

El misterio Razumovski es música en estado puro; es una gozosa borrachera de música.

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1“Piensas que serías feliz allí. Pues no lo creas en absoluto. La  verdadera felicidad es no saber lo feliz que se es. Quizá pienses que os faltan aquí salones de baile, cafés y teatros. Pero la ambición de vivir en ese mundo ha provocado más ruinas que fortunas, y no hay mayor pobre que quien cree que no posee lo suficiente para vivir” le dice Beethoven en la página 589 a la joven Maria Schicklgruber. Cámbiense los salones de baile, cafés y teatros por ventas y corrales de comedias y este diálogo podría pasar por cualquiera de los consejos que don Quijote le da a Sancho en la inmortal novela de Cervantes. Por cierto: a diferencia de tantas novelas españolas actuales, que en mi modesta opinión abusan del estilo reflexivo, en El misterio Razumovski hay poca reflexión y esta es muy atinada.


Título: El misterio Razumovski

Autor: Martín Llade

Editorial: Ediciones B

Idioma: Español

Número de páginas: 656

Fecha de publicación: marzo 2024


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

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