Soledad Bengoechea: (1919) «Los patronos catalanes jugaron de manera distinta»

Soledad Bengoechea: (1919) «Los patronos catalanes jugaron de manera distinta»

Entrevista a Soledad Bengoechea, historiadora

Soledad Bengoechea: (1919) «Los patronos catalanes jugaron de manera distinta»

Soledad Bengoechea. / Foto: Guillem Vergés

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Andreu Navarra

 

En los últimos años se está avanzando mucho en el estudio del turbulento final de la Restauración (1919-1923). En 1998, Soledad Bengoechea (San Sebastián, 1942) publicó en Curial un libro innovador: El locaut de Barcelona (1919-1920). Bengoechea proponía estudiar la huelga de La Canadiense y el posterior locaut o cierre masivo patronal desde la perspectiva de la extrema derecha catalana, la que al fin y al cabo daría al traste con el sistema canovista, que venía funcionando desde 1876. Posteriores investigaciones sobre experiencias fascistas durante los años 20 le han dado la razón: acaba de recuperar sus principales líneas de investigación sobre el corporativismo patronal catalán en el libro Barcelona 1919. La huelga patronal que alumbró la dictadura de Primo de Rivera (Libélula Verde).

 

¿Cómo era en 1919 la Federación Patronal de Barcelona? ¿Era fascista?

A mi modo de ver la pregunta no tiene una respuesta inequívoca al faltar un acuerdo académico sobre la definición de tal concepto. Pero empecemos por analizar qué era la Federación Patronal de Barcelona (FPB) en 1919. Aunque hundía sus raíces en los primeros años del siglo XX, se constituyó formalmente el 12 de marzo de aquel año como reacción a la huelga de La Canadiense. Aglutinaba la mayor parte del empresariado de Barcelona y estaba financiada por el gran capital. Era “La Patronal”. La habían impulsado los patronos de la construcción; de hecho, su presidente, Félix Graupera Lleonart, era contratista de obras. La institución demostró estar a la altura del locaut patronal del otoño e invierno que protagonizó. En su combate con la CNT, buscó amparo en el capitán general de Cataluña, Joaquín Milans del Boch, y en gobernadores civiles, como el conde de Salvatierra. El lenguaje utilizado por los dirigentes de la FPB recuerda el de las nuevas derechas que se hacía oír por aquella Europa: una jerga antipolítica, antiparlamentaria, militarista y patriotera, que proponía la revolución patronal. En aquel año de 1919, la FPB creó una policía paralela a la oficial; burgueses y patronos, miembros de la FPB, formaron parte de un Somatén armado que llegó a contar con 60.000 hombres; se creó una Brigada Automovilística, integrada por obreros adictos, y surgieron los Sindicatos Libres. De aquella Barcelona de 1919, el intelectual marxista italiano, Antonio Gramsci, diría dos años después: “esta ciudad alumbró un fascismo que antecedió al de Mussolini”.

«De aquella Barcelona de 1919, el intelectual marxista italiano, Antonio Gramsci, diría dos años después: «esta ciudad alumbró un fascismo que antecedió al de Mussolini»»

¿Dónde está y qué contiene el archivo de Antonio Maura, una de tus fuentes?

El Archivo Histórico de la Fundación Antonio Maura está situado en Madrid, justamente en la calle Antonio Maura. Los fondos documentales que lo conforman son privados. Tienen gran interés como instrumentos útiles para el estudio de la historia de las mentalidades, de la historia eclesiástica, de la diplomática, de la militar, de la historia social o económica. Es una documentación familiar, en el sentido de que es producida por las actividades de varios miembros de ella, y suele ser muy rica debido precisamente al dinamismo que impone el grupo familiar frente a las instituciones (Fondo Antonio Maura, Fondo Gabriel Maura y Gamazo, Fondo Blas Vives, Fondo Gamazo Abarca, Fondo Julia Maura y Fondo Gabriela Maura).

¿Y el fondo Romanones?

Está situado en la Real Academia de la Historia. Los fondos documentales son tanto de índole personal como política.

Tienen un gran interés dado el relevante papel del conde de Romanones a lo largo del reinado de Alfonso XIII. Índices de descripción: Romanones, conde de; evolución del partido liberal; dictadura de Primo de Rivera; Guerra Mundial y Alfonso XIII.

¿Cómo definirías la “ideología corporativista” y cómo se consolidó en Cataluña entre 1919 y 1923?

El corporativismo es una doctrina política, económica y social, surgida en Europa a mediados del siglo XIX como alternativa al liberalismo​ y al socialismo. Promulgaba un modo de producción capitalista de tipo corporativo, inspirado en los gremios de las sociedades preindustriales, en los que se encuadrarían empresarios y trabajadores, por ramos de actividad económica, para alcanzar la «armonía social» (en contraposición a la «lucha de clases» del marxismo).

Más adelante, a finales de 1918 y principios de 1919, después de que la CNT fundara en su Congreso de Sants los Sindicatos Únicos de Industria, y con la huelga de La Canadiense a las puertas, en manifiestos de la patronal catalana se llegó a proponer la sindicación obligatoria de carácter corporativo, basada en sindicatos para cada ramo o industria, tanto para trabajadores como para patronos o empresas; ambos dialogando en una ‘cámara de trabajo’ para el correspondiente sector o industria. Y para el conjunto de los sectores, una Cámara del Trabajo, como unión o coordinación de las sectoriales, y como órgano de negociación, coordinación e incluso legislación laboral.

«En Barcelona, a finales de 1919, una buena parte de obreros y patronos estaban ya sindicados, unos en la CNT, otros en la FPB»

En Barcelona, a finales de 1919, una buena parte de obreros y patronos estaban ya sindicados, unos en la CNT, otros en la FPB. Lo cierto es que ante el fracaso de los sindicatos católicos, que no tuvieron mucha importancia fuera del mundo rural catalán, y del auge de la CNT, muchos publicistas ligados a la patronal veían en la sindicación paralela –de patronos y obreros por separado para cada ramo- una herramienta de lucha, en lugar de un medio para la pacificación. Justificaban su rechazo imputando a este tipo de sindicatos paralelos el hecho de ser ajenos a la naturaleza del trabajo industrial, la cual consideraban que estaba compuesta por el trabajo del obrero, del patrón y del capital acumulado. Según esta premisa, defendida por Lluís Ferrer-Vidal, «si la naturaleza del trabajo era una unidad compuesta no tendría por qué disgregarse; por tanto, era necesario que sus componentes estuviesen unidos en un organismo que les garantizase esa unidad». A partir de esta argumentación se llegaba a plantear la necesidad de crear organismos integradores, que serían los gremios (gremios modernos), o corporaciones; es decir, sindicatos verticales donde estarían unidos, dentro de la misma profesión, todos los elementos productivos de la misma rama de actividad. ¿Por qué la patronal se decantaba por esta vía corporativa? Era consciente de que en poco tiempo la sindicación obligatoria y única por ramos de industria llevaría implícita, primero, la total sindicación patronal, algo difícil de conseguir hasta ahora -prácticamente imposible- y segundo, la disolución de los sindicatos obreros, sobre todo de la CNT.

¿Quién fue Joaquín Milans del Bosch? ¿Por qué lo consideras tan importante?

Porque fue un militar africanista que pudo haber sido el primer dictador de derechas de la Europa de entreguerras. En septiembre de 1918 fue nombrado capitán general de Cataluña. La situación del territorio era entonces muy tensa. El obrerismo, liderado por la CNT/AIT fundada en 1910, se había organizado. Convocaba huelgas míticas, como la de La Canadiense de 1919. Ignorando las órdenes del gobierno, Milans del Bosch se puso del lado de los patronos, aplicó el estado de guerra y amenazó al gobierno con un golpe de estado. Durante el locaut, volvió a amenazar al gobierno con un segundo golpe de estado. Milans del Bosch se sentía apoyado por la patronal catalana, y hasta que debido a sus excesos no llegaron órdenes directas del rey Alfonso XIII, empujado por las Cortes, no dimitió (1920). Entonces, algunos militares barceloneses y la patronal volvieron a amenazar al gobierno con un tercer golpe de estado. Milans falleció en Madrid el 31 de agosto de 1936 por herida de arma de fuego.

 ¿Qué eran el Centro de Defensa Social y la Unión Monárquica Nacional?

El Centro de Defensa Social, creada en Barcelona el año 1903, fue una organización católica y conservadora fundada a instancias de Claudio López Bru, marqués de Comillas. Hacia 1907 tenían abiertas 25 delegaciones solo en la ciudad condal. Quizás cuando se constituyó sus promotores se mantuvieran respetuosos con el orden legal vigente, pero a finales de 1918 el discurso varió. Lo hizo en un lugar ideal el Centro de Defensa Social.

La creciente determinación de erradicar la democracia parlamentaria utilizando la violencia si era necesario, se hizo explícita en la frase de un aristócrata tradicionalista, el conde de Santa María de Pomés al comentar un discurso que el también tradicionalista Donoso Cortés había pronunciado setenta años antes en el Parlamento y que entre otras cosas decía: «La significación de España en el mundo a la hora de la paz y de las derechas españolas a  la hora de la guerra». Teniendo como modelo a Cortés, Pomés señalaba que «cuando la legalidad basta para salvarla [la sociedad], la legalidad. Cuando no basta, la dictadura».

En cuanto a la Unión Monárquica Nacional (UMN) fue un partido político fundado en Barcelona hacia febrero de 1919, coincidiendo con la huelga de La Canadiense. Pretendía ser el eje de una federación de las derechas más duras de orientación españolista. Fue creada por iniciativa del industrial textil Alfonso Sala, conde de Egara. Sala fue nombrado presidente de la Mancomunitat de Catalunya durante los primeros tiempos de la dictadura de Primo de Rivera (1924-25). Fugazmente resucitada en 1930, el partido desapareció de hecho durante la Segunda República, y sus miembros se integraron en las organizaciones de la extrema derecha alfonsina.

«El Sindicato Libre nació en Barcelona durante los primeros meses de 1919, pero tuvo escaso protagonismo hasta el otoño del mismo año, cuando al parecer captó obreros desilusionados con la CNT»

¿Cómo era el Sindicato Libre barcelonés y a quién obedecía? ¿Cuáles eran sus objetivos?

Hasta donde yo sé, el Sindicato Libre nació en Barcelona durante los primeros meses de 1919, pero tuvo escaso protagonismo hasta el otoño del mismo año, cuando al parecer captó obreros desilusionados con la CNT a causa del locaut patronal. Su principal impulsor fue Ramón Sales, tradicionalista y de oficio dependiente de comercio. Fue ejecutado de una forma atroz en el verano de 1936 por un grupo de cenetistas. Para rastrear al menos un vínculo de este sindicato con la patronal, puede verse la obra Can Folch. Memoria de una fábrica, 1882-1987. En ella se pone de manifiesto que los propietarios de la importante empresa Casa de Productos Químicos Albiñana Argemí eran patrocinadores de los Sindicatos Libres. Todo indica que los objetivos de este sindicato giraban alrededor de la lucha contra la preponderancia de la CNT. Armados con pistolas, muchos sindicalistas de uno y otro signo ensangrentaron las calles de Barcelona. En un libro publicado recientemente, El fascio de las Ramblas, se sostiene que dos grupos, La Liga Patriótica Española (LPE) y el Libre, amparados por Capitanía, encarnaron el primer fascismo barcelonés.

¿Cómo era la CNT en 1919?

En el año 1919 Barcelona vivió dos reacciones sociales antagónicas: una revolución, auspiciada por el sindicato anarcosindicalista CNT, y una contrarrevolución encaminada a poner fin a este sindicato. Como se pone de manifiesto, en ambas, la CNT fue uno de sus principales protagonistas. A principios de aquel año la CNT declaró la famosa huelga de la Canadiense, a la que siguió una huelga general. La patronal tuvo que lidiar con 44 días de paro y con la contrariedad de que aquella revolución había conseguido las 8 horas de jornada laboral. Y dio comienzo una contrarrevolución que culminó con un cierre patronal de 84 días de duración. La CNT contaba entonces con 400.000 afiliados y en el llamado Congreso de Sants, celebrado el año anterior, se había constituido como un Sindicato Único, articulado por ramos de industria.

Desde el primer día de decretarse el locaut, los líderes cenetistas formaron un Comité Permanente de la Federación Local de Sindicatos Obreros de Barcelona. Desde allí, lanzaban consignas llamando a la calma. Los dirigentes sindicales se reunían y hablaban miembros del Comité como Salvador Seguí (El Noi del Sucre) o el leonés Ángel Pestaña. Sus discursos eran rotundos: no debía responderse con la violencia. Sabían por experiencia que la patronal buscaba motivos para justificar una represión implacable, suprimir a los delegados de taller y clausurar los sindicatos. Pero la postura de los cenetistas no era unánime, cada día se producían actos de sabotaje y estallaban bombas.

¿Qué conexiones observas entre el corporativismo catalán de principios del siglo XX y los sindicatos verticales franquistas?

Ya después de la huelga general de 1902 de Barcelona, un prohombre de la burguesía catalana –Ferrer-Vidal-, solicitaba al gobierno que se permitiera que en Cataluña se crease el “gremio moderno” para regular las relaciones laborales. Pero en aquellos momentos se apostaba por una sindicación voluntaria. Como comentaba antes, a finales de 1918, y durante los años que van de 1919 a 1923, las peticiones de la élite de la patronal catalana de una sindicación única (y ahora forzosa) para patronos y obreros por ramos de industria fueron constantes. Peticiones que no llegaron entonces a concederse, aunque de hecho la medida no se veía difícil, pues ya desde mediados de la segunda década del siglo los patronos –en la Federación de las Industrias de la Construcción- y los obreros – en la Confederación Nacional del Trabajo- se venían organizando por ramos de industria.

La opción corporativista puesta en marcha durante los años veinte por Primo de Rivera no satisfizo a todos, así que el modelo de sindicato único y obligatorio para patronos y obreros en cada ramo o industria, que la patronal catalana venía solicitando desde años atrás, no tomó forma hasta que se instauró el modelo corporativista, y abiertamente fascista, establecido por el franquismo y defendido también, desde antes, por la Falange Española: los Sindicatos Verticales. Esto ocurrió en 1940, una vez finalizada la guerra. El franquismo aprendió de la experiencia de la Dictadura de Primo de Rivera, y fue más favorable al modelo fascista para establecer un claro sindicalismo vertical. Durante la etapa de Primo se habían mantenido el sindicato UGT y el Libre, mientras que el corporativismo franquista no permitió los sindicatos de clase.

«Visto en perspectiva, puede afirmarse que el locaut significó el paro, el hambre y la desesperación para la clase trabajadora»

En definitiva, ¿Qué consecuencias tuvo el locaut o cierre patronal de 1919?

Visto en perspectiva, puede afirmarse que el locaut significó el paro, el hambre y la desesperación para la clase trabajadora. También favoreció la aparición de grupos más radicales dentro de la CNT. Pero debe tenerse en cuenta, igualmente, las pérdidas que ocasionó a la clase empresarial. Las memorias del Fomento del Trabajo Nacional, correspondientes a finales del año 1920, cifran estos daños en más de mil millones de pesetas. Cabe plantearse si a la patronal le valió la pena haber cerrados las fábricas. Probablemente la respuesta es negativa. Por una parte, no consiguió «exportar» el locaut a otros puntos de España, lo que le hubiera permitido recabar mucha más fuerza para conseguir sus objetivos. Por otra, aunque la CNT quedara clausurada, en un régimen democrático (por débil que fuese aquella democracia) pronto volvería a legalizase. Por ello, a partir de aquel momento, los patronos catalanes jugaron de manera distinta, empleándose a fondo para imponer la siguiente disyuntiva: o bien un régimen corporativista, o de otro modo una dictadura. Una antigua alternativa supuestamente encaminada a poner fin a “la lucha de clases”:

¿Con cuál de tus numerosos artículos te quedarías? ¿Vas a seguir escribiendo?

Quizás con estos: “El impacto del fascismo italiano en Barcelona: el centenario”, Viento Sur, 16 octubre 2020,“La rebeldía de la patronal catalana: «debemos imponer el gobierno que conviene a España». Crónica del locaut de Barcelona, 1919-1920”, Conversaciones sobre historia, 9 noviembre 2019, “Artistes, professionals i empresaris. La xarxa del poder burgès a Barcelona”, 1901-1923, Catxipanda, 7 febrero 2018.

Actualmente, he finalizado un libro titulado Esperanzas frustradas: las mujeres desde la República a la posguerra; estoy en fase de buscar editorial. Y sí, me gustaría poder seguir escribiendo.


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

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