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- 30 de abril de 2024
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Nuno Crato: “¿Qué tal si nos centramos en la realidad, en los datos?”
Nuno Crato: “¿Qué tal si nos centramos en la realidad, en los datos?”
Entrevista publicada en Fundación Episteme
Nuno Crato, ministro de Educación y Ciencia de Portugal durante los años 2011-2015 / Foto: cortesía de Nuno CratoLicencia Creative Commons
Eva Serra
«Confíen en su experiencia y espíritu crítico, no crean en lo absurdo», sugiere Nuno Crato, ministro de Educación y Ciencia de Portugal durante los años 2011-2015. Gracias a sus medidas -basadas en evidencias-, los alumnos portugueses alcanzaron los mejores resultados de su historia en las pruebas PISA y TIMSS. La visión educativa de Crato choca frontalmente con el constructivismo, modelo que ha extendido sus alas en Europa y EEUU durante las últimas décadas sobrevolando con ligereza el panorama educativo.
Nuno Crato fue ministro de Educación y Ciencia de Portugal durante los años 2011-2015. Desde el 2000, imparte docencia en el Instituto Superior de Economía y Gestión (ISEG), Universidad de Lisboa. Fue también prorrector de la Universidad Técnica de Lisboa. Licenciado en Economía y doctor en Matemáticas Aplicadas, es investigador en modelos de probabilidad y estadística. Ha trabajado para el Instituto Superior de Economía, la universidad de las Azores, el Stevens Institute of Technology y el New Jersey Institute of Technology.
Premio Europeo de la Ciencia otorgado por la Comisión europea. En 2008, el presidente Cavaco Silva le nombró comendador de la Orden del Infante Don Enrique y en 2016 Gran Cruz de la misma orden. En 2022 el presidente Marcelo Rebelo de Sousa lo distinguió con la Gran Cruz del Orden de la Instrucción Pública.
En términos generales, ¿Qué opinión le merece el estado actual de la educación en España?
Existen varias estadísticas y distintas señales inquietantes. El abandono escolar sigue siendo muy elevado y se tiende a menospreciar el currículum y la evaluación externa. Pero no quiero extenderme. No es mi país y no conozco bien cuál es la situación. Es un análisis y un debate que corresponde principalmente a los españoles.
¿Cómo encontró Portugal en materia educativa cuando ocupó su cartera ministerial en 2011?
“Se introdujeron exámenes en el 9.º año, lo que ayudó a poner el foco en los avances de los alumnos. Resulta interesante que esto se consiguiera en sucesivos gobiernos, de diferentes partidos”
Portugal ya había avanzado mucho. Se produjo una reacción positiva a los resultados de los estudios internacionales TIMSS y PISA, que revelaron una situación preocupante en 1995 y 2000, respectivamente. Los siguientes gobiernos, especialmente a partir de 2003, empezaron a prestar más atención a los resultados académicos. Se introdujeron exámenes en el 9.º año, lo que ayudó a poner el foco en los avances de los alumnos.
Resulta interesante que esto se consiguiera en sucesivos gobiernos, de diferentes partidos. En este período, el último gobierno, de 2010-2011, del Partido Socialista, por ejemplo, introdujo objetivos curriculares, que ayudaron a estructurar mejor el currículum.
¿Tuvo claro desde el principio los ejes de su reforma o se fueron resolviendo en función de un proceso de negociación?
Tenía en mente un conjunto de preocupaciones principales y propuestas de mejora del currículum, de la evaluación y de la formación de los profesores. Aunque, por supuesto, me encontré con problemas inesperados y nos tuvimos que adaptar a muchas cosas. No obstante, los ejes de la reforma necesaria estaban claros. Había un movimiento hacia un mayor rigor en la enseñanza que tenía ideas muy claras.
“Era importante que, aun con grandes dificultades económicas, los colegios, los padres y los profesores asumieran la necesidad de un mayor rigor en la enseñanza”
Desgraciadamente, la situación económica era muy complicada, heredamos un país en bancarrota, con la intervención de la troika, lo que acabó por absorber muchas de nuestras preocupaciones.
Sin embargo, era importante que, aun con grandes dificultades económicas, los colegios, los padres y los profesores asumieran la necesidad de un mayor rigor en la enseñanza. Por consiguiente, tanto el TIMSS como el informe PISA de 2015 revelaron un progreso considerable en la educación. Obtuvimos los mejores resultados internacionales hasta la fecha.
¿Estaban preparados los portugueses para los cambios que propuso?
Difícil de saber…, pero creo que, sobre todo en los momentos de cambio inicial, hubo una gran aceptación y comprensión de lo que íbamos a hacer.
¿Cuáles fueron los pasos a la hora de alcanzar un consenso general con todos los agentes educativos? ¿Y cuál la principal o más ardua resistencia a superar?
La resistencia más difícil fue la de algunas cúpulas sindicales y de algunos partidos. Resulta curioso que partidos que habían introducido algunas de las medidas que nosotros pusimos en práctica —por ejemplo, la prueba de acceso a la profesión docente—, pasaron a estar en contra de ellas cuando las implementamos. En fin…
¿Hay que dejar la ideología de lado y ampararse en las evidencias para orientar un buen sistema educativo?
Yo creo que sí. En lo que respecta a la educación, la ideología muchas veces desempeña un papel nocivo y contradictorio. Las cosas tienen una lógica propia y, a veces, se intenta justificarlas con un sesgo ideológico, cuando distintas ideologías pueden compartir las mismas ideas.
“Si, por ejemplo, leyéramos las reformas educativas introducidas por el ministro Gentile [ministro de Mussolini] en Italia, nos podría parecer que estamos leyendo a ciertos ideólogos contemporáneos”
Si, por ejemplo, leyéramos las reformas educativas introducidas por el ministro Gentile, en Italia, nos podría parecer que estamos leyendo a ciertos ideólogos contemporáneos que, en nombre de una supuesta reducción de las desigualdades, critican la organización curricular y la evaluación de los alumnos. Y esas ideas actualmente se asocian a la izquierda, concretamente a la izquierda más radical.
Solo que… ¡Gentile era ministro de Mussolini!
Vale la pena leer lo que escribía por aquel entonces Gramsci, el fundador del Partido Comunista Italiano, gran fuente de inspiración de alguna izquierda radical moderna. Lo suscribo prácticamente línea por línea: destacaba la importancia del conocimiento de base, de la disciplina en los colegios, de un currículum estructurado, de la evaluación de los alumnos… Todo ello criticando al ministro de Mussolini.
Según Gramsci, lo que actualmente defiende la izquierda radical en materia de educación es una política de derechas…
Entonces… ¿Qué tal si nos centramos en la realidad, en los datos?
¿Qué dicen las evidencias con relación al currículum?
Diversos estudios llevados a cabo después de los primeros estudios internacionales, concretamente los ya mencionados, TIMSS y PISA, demostraron que cuando el currículum está bien estructurado es más fácil progresar. Otros estudios más recientes subrayan lo mismo. Yo lo resumiría del siguiente modo:
En primer lugar, contar con un currículum progresivo, ambicioso y bien estructurado. En segundo lugar, destacar esencialmente las disciplinas fundamentales: comenzando por la lectura y las matemáticas; después las ciencias, las artes y las lenguas y, luego, otras materias. En tercer lugar, disponer de un currículum basado en el conocimiento y no en competencias vagas. En cuarto lugar, adaptar todo a dicho currículum: libros de texto, evaluación.
¿Qué otras evidencias deberíamos tener en cuenta para que la educación de un país funcione lo mejor posible?
“La evaluación, bien aplicada y junto a las medidas de apoyo a los estudiantes con más dificultades, constituye no solo un incentivo para el progreso de todos, sino también un ecualizador social”
La necesidad de evaluación, en todos los niveles, la evaluación formativa, en las aulas, la evaluación sumativa dentro de los colegios, y la evaluación estandarizada nacional al final de cada ciclo educativo. La evaluación, bien aplicada y junto a las medidas de apoyo a los estudiantes con más dificultades, constituye no solo un incentivo para el progreso de todos, sino también un ecualizador social.
La exigencia, que usted defiende para conseguir buenos resultados académicos, cada vez está más denostada, al igual que las pruebas de evaluación. ¿Qué resultados pueden acaecer con estas medidas tan laxas que se están aplicando? ¿Cómo está ahora Portugal?
Desafortunadamente, la situación de Portugal empeoró a partir de 2016. Tanto el informe PISA 2018 como el TIMSS 2019 mostraron una disminución del rendimiento cognitivo medio de los estudiantes; y esto ocurrió mucho antes de la pandemia.
Y quizás aún más negativo: dichas evaluaciones internacionales mostraron un aumento de las desigualdades en Portugal, como una reducción del rendimiento de los estudiantes más desfavorecidos. Es trágico: una política de reducción de la exigencia, pregonada como una política a favor de los más desfavorecidos, precisamente lo que hace es perjudicarlos. Como decíamos entonces, “la exigencia educativa es la gran amiga de los pobres”.
¿Qué opinión tiene de las competencias en los programas de estudio que están tan de moda en tantos países de nuestro entorno? ¿Cuál sería, a su juicio, el motivo principal de esta apuesta educativa en bloque?
Este asunto es crucial. En primer lugar, creo que nadie sabe lo que son las competencias. A veces aparecen como un conjunto de conocimientos y capacidades; es decir, como todo lo que es la educación, simplemente; otras, aparecen como sinónimo de capacidades, aplicación de conocimientos o skills, en inglés. En segundo lugar, creo que comparar capacidades con conocimientos es absurdo puesto que el conocimiento y la capacidad de aplicarlo van de la mano.
“Creo que comparar capacidades con conocimientos es absurdo puesto que el conocimiento y la capacidad de aplicarlo van de la mano”
En conclusión, se deben aprender conocimientos y sus aplicaciones. No se trata de elegir entre uno u otro.
Aunque, lo importante es cómo se organiza la enseñanza. ¿Debe organizarse por conocimientos o por competencias; es decir, por aplicaciones? Las aplicaciones son cosas distintas, sin estructura, de uso implícito o explícito de conocimiento. El conocimiento se estructura en disciplinas, con secuencia, con lógica, con continuidad.
Si organizamos la enseñanza por competencias, nos preocupamos por aplicaciones, necesariamente esporádicas, por muy interesantes que puedan parecer. Haciendo esto, el estudiante se encuentra con temas puntuales y la enseñanza se vuelve realmente poco interesante. El estudiante pasa por un conjunto de “experiencias educativas”, como se llaman en la jerga educativa; es decir, aprende un conjunto de capacidades dispersas y no obtiene una estructura de pensamiento, de esquemas mentales que le ayuden a conocer el mundo y a progresar.
Por citar algunas de las deficiencias actuales, nuestros alumnos presentan problemas de comprensión lectora, falta de conocimientos generales, emplean un vocabulario escaso —sobre todo aquellos más desfavorecidos. Para no aumentar la extensión de la pregunta, ¿no son evidencias más que suficientes para entender que algo está fallando? ¿Cuál cree que es el motivo para que quienes pueden cambiarlo no lo hagan?
Porque eso chocaría con muchos de los intereses instalados, desde los de muchos de los denominados “especialistas en educación”, que viven, literalmente, de convencer a los demás de sus teorías, hasta los de varias cúpulas sindicales, que apuestan por la no evaluación de resultados como forma de promover a todos, aparentemente sin darse cuenta de que lo que están promoviendo es la mediocridad.
Bajo su experiencia política y en términos realistas, ¿Diría que los estados europeos tienen la capacidad de tomar decisiones educativas con libertad o están sometidos a ciertas recomendaciones o presiones?
Los estados y los gobiernos tienen siempre presiones internas y externas, pero tienen la capacidad de cambiar las cosas. Tan solo necesitan dos cosas: saber lo que quieren en lo que respecta a la educación y tener el valor de defenderlo y aplicarlo. Desafortunadamente, muchas veces carecen de ambas.
Países con buenos resultados educativos, como Singapur, China o Corea del Sur adoptan un modelo basado en el esfuerzo, el currículum y la evaluación. ¿Responde este fenómeno a modelos antagónicos que coexisten en la globalización? ¿Puede esta diferencia virar el curso occidental al que estamos acostumbrados?
“Si sigue esta tendencia, es muy probable que los países asiáticos superen rápidamente al mundo occidental. Y, en muchos aspectos, esto ya está pasando”
Sí, si sigue esta tendencia, es muy probable que los países asiáticos superen rápidamente al mundo occidental. Y, en muchos aspectos, esto ya está pasando.
Pongamos como ejemplo las dos regiones del planeta que sufrían problemas de desarrollo al final de la Guerra: América del Sur y Asia oriental. Los países de la primera región no consiguieron desarrollar un modelo educativo y todavía hoy siguen con grandes problemas para hacerlo. En cambio, Asia oriental apostó por un modelo riguroso y eso impulsó un desarrollo económico sin precedentes.
¿Por qué existen docentes que aprueban las “nuevas pedagogías” -cuando de nuevas no tienen nada-, y aquellos que no se sienten cómodos bajando el nivel y denunciando la desigualdad pasan a ser una especie de proscritos, anacrónicos, etc.? ¿Qué les diría a unos y a otros?
A los profesores les diría: confíen en su experiencia y espíritu crítico, no crean en lo absurdo, completamente contrario a la experiencia y a la lógica, que les pretenden imponer. Las ideas absurdas y contrarias a la experiencia no pasan a ser ciertas porque las hayan dicho quienes se proclaman especialistas.
Usted apoya al alumnado con dificultades académicas a través de programas de comprensión lectora, apoyo a la FP y difusión de conocimiento y evidencias educativas. ¿Considera que son tres ejes necesarios para superar el abandono escolar?
Son piezas esenciales para mitigar el abandono escolar. En Portugal, en las últimas dos décadas, hemos conseguido progresos extraordinarios en este sentido. El abandono escolar rondaba el 45 % en el año 2000 y, actualmente, está por debajo del 6 %.
“Observen la experiencia de otros países. Lean, por ejemplo, los textos de muchos especialistas de todo el mundo que reflexionaron sobre los resultados internacionales, concretamente del informe PISA 2018”
Desde su experiencia como principal responsable educativo de Portugal, experto en matemáticas y en estadística y con los datos que avalan los mejores resultados en educación de la historia de su país durante su mandato, ¿Qué diría a los españoles?
Observen lo que hicimos entre 2003 y 2015. Observen la experiencia de otros países. Lean, por ejemplo, los textos de muchos especialistas de todo el mundo que reflexionaron sobre los resultados internacionales, concretamente del informe PISA 2018. Puedo sugerir los diversos capítulos de acceso abierto de mi libro Improving a Country’s Education, de la editorial Springer. Y reflexionen.
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Más información:
Entrevista com Nuno Crato em português
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Fuente: educational EVIDENCE
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