Ignasi Moreta: “Maragall es claramente alguien que se adelanta a su tiempo”

Ignasi Moreta: “Maragall es claramente alguien que se adelanta a su tiempo”

Entrevista a Ignasi Moreta Tusquets, editor y profesor universitario

Ignasi Moreta: “Maragall es claramente alguien que se adelanta a su tiempo”

Ignasi Moreta. / Foto: Cortesía del autor

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Andreu Navarra

 

Ignasi Moreta (Barcelona, ​​1980), editor y profesor universitario, con Lluís Quintana Trias, profesor también de Lengua y Literatura Catalanas en la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​acaban de publicar una monumental edición crítica en tres volúmenes de la obra en prosa de Joan Maragall, en la colección Biblioteca Clàssica Catalana, de Edicions 62. En total, casi 2.800 páginas…

 

¿Se os ha ido la olla?

Bien, efectivamente, son 2.800 páginas de prosa de Joan Maragall, y la edición es fruto de veinte años de trabajo. Es un proyecto que de entrada puede parecer faraónico, pero en veinte años se puede hacer mucho trabajo. Y cuando ves el estuche con los tres volúmenes, con el texto editado, el aparato crítico, las notas, etc., tienes la sensación de que el esfuerzo ha merecido la pena.

¿Cómo estaba la cuestión de la prosa maragallana cuando acometisteis el proyecto? ¿Cuál había sido su fortuna editorial?

Maragall muere en 1911. Entre 1912 y 1961 se publican cuatro ediciones de las obras completas de Maragall. La primera es la que llamamos la ‘Edición de la Viuda’, porque fue la viuda de Maragall, Clara Noble, quien tuvo la iniciativa de emprender esta primera edición de las obras completas de Maragall en 11 volúmenes. Es la edición pionera, la que presenta por primera vez una obra completa de Maragall. Faltan textos, y es una edición que, por muy poco tiempo, es todavía prefabriana, pero tiene el mérito de reunir por primera vez un conjunto de textos dispersos en las páginas de la prensa. Luego viene ‘la Edición de los Hijos’, llamada así porque es una iniciativa de los hijos de Joan Maragall, particularmente de Joan Anton Maragall Noble. Se publica en 25 volúmenes entre 1929 y 1936 (los últimos tienen fecha de 1936 pero salen más tarde, cosas de la historia de ese país…, y el volumen 25 tiene fecha de 1945). La de los Hijos es una edición preciosa, porque tipográficamente es muy cuidada. Pero tiene el problema que nos obliga a consultar 25 volúmenes, algo poco práctico. Y los artículos se ordenan por lenguas y temas, algo también poco práctico.

En 1947, la editorial Selecta de Josep M. Cruzet (tío de mi abuela materna, por cierto) publica las obras completas en un solo volumen. Y en los años 1960-1961, la propia editorial las publica en dos volúmenes. Esta edición tiene una facilidad de uso que la Edición de los Hijos, con 25 volúmenes, no tenía, pero no es una edición esmerada en los aspectos tipográficos: papel demasiado delgado, páginas muy apretadas, doble columna, letra muy pequeña… la lectura no es nada agradable.

“En los primeros cincuenta años después de la muerte del autor se publican obras completas de Maragall cada quince años”

Por otra parte, estas cuatro ediciones presentan fluctuantes criterios de edición. La filología catalana del momento no había afinado las herramientas como ahora las ha afinado. Pero no dejan de ser cuatro proyectos de obras completas en cincuenta años, entre la muerte de Maragall y 1961. Por tanto, en los primeros cincuenta años después de la muerte del autor se publican obras completas de Maragall cada quince años. En cambio, desde 1961 hasta la fecha hemos tenido que ir viviendo de la vieja edición de la Selecta en dos volúmenes, reimpresa más de una vez.

Después de sesenta años de la edición de Selecta, era necesaria una edición completamente nueva. La que hoy presentamos tiene las ventajas de la Edición de los Hijos (es una edición tipográficamente impecable) y las ventajas de la edición Selecta (en tres volúmenes tenemos toda la prosa de Maragall), gracias a la sabiduría editorial y filológica de Jordi Cornudella , editor de Edicions 62. Hay que decir que el papel es una maravilla, como lo es la caja de texto, el cuerpo de letra, el interlineado… son aspectos que favorecen la legibilidad de la edición.

La ordenación de los textos no es temática ni lingüística, como Hijos y Selecta, sino que presentamos los artículos por estricto orden cronológico, que es la opción más neutra y más respetuosa con el lector. No queremos orientar la lectura sino hacer un servicio al lector proporcionándole los textos de la forma más precisa posible. Por eso hemos renunciado a prólogos interpretativos y a una extensa anotación.

Los artículos ocupan los volúmenes 1 y 2 de la Prosa. En el volumen 3 de la Prosa encontramos la obra de dispersa y la obra inédita, es decir, las gacetillas, los discursos, los prólogos, los libros, escritos varios y los libros inéditos.

¿Qué dificultades ha encontrado al mismo tiempo en construir su edición? ¿Qué has descubierto?

Nosotros hemos confrontado el texto con las ediciones en vida del autor y con los manuscritos, cuando existen. Así, todo el extenso corpus de artículos publicados en el Diario de Barcelona ha sido confrontado debidamente con el texto aparecido en el Diario. Los artículos que Maragall reunió en el volumen Artículos de 1904 los hemos confrontado también con el texto tal y como aparece en este volumen, y en el aparato crítico hemos dejado constancia de las variantes entre ediciones. Por otro lado, en la obra de Maragall existen textos dispersos, discursos, textos menores… y hemos tenido que ir localizando en las hemerotecas, archivos, etc.

“Algo que nos ha hecho particular ilusión, por ejemplo, ha sido recoger las gacetillas, lo que hoy llamaríamos breves, noticias, crónicas, es decir, textos anónimos que Maragall escribe como redactor del Diario de Barcelona”

Hemos tratado de documentar todos los textos de Maragall posibles. Algo que nos ha hecho particular ilusión, por ejemplo, ha sido recoger las gacetillas, lo que hoy llamaríamos breves, noticias, crónicas, es decir, textos anónimos que Maragall escribe como redactor del Diario de Barcelona para cubrir la inauguración de un colegio de huérfanos en Sant Julià de Vilatorta, para realizar una crónica judicial o la crítica de un concierto o una representación teatral. Son textos que nunca se habían publicado, han pasado directamente de las páginas del diario a nuestra edición. Son gacetillas anónimas, pero las hemos podido atribuir a Maragall porque él las menciona como obra suya en el epistolario. Probablemente lo que publiquemos sea una mínima parte de lo que Maragall hizo de forma anónima en El Brusi.

También es interesante la recopilación de los discursos, donde sobresale el «Elogio de la palabra». Y los prólogos a obras ajenas, el más importante es el que escribe en el Libro que contiene las poesías de Francesc Pujols, de 1904, donde avanza lo que después desarrollará en el «Elogio de la poesía».

¿Quién es Joan Mañé i Flaquer?

Joan Mañé i Flaquer es el gran director de El Brusi, la forma en que era conocido popularmente el Diario de Barcelona. Maragall entra a trabajar en El Brusi en 1890. Publica artículos firmados entre 1892 y 1903; después lo deja, pero se vuelve a incorporar en los años 1905-1906; vuelve a dejarlo y regresa en 1911, el mismo año que muere. Maragall hace de periodista en el Diario de Barcelona de Mañé i Flaquer, que representaba los intereses de una burguesía barcelonesa conservadora, pero con matices. Por ejemplo, en la cuestión religiosa, Mañé se apunta a las tesis del catolicismo liberal francés, bastante abierto, en la trinchera contraria a la del catolicismo ultramontano. Mañé es, pues, un personaje con muchos matices (lo ha estudiado a fondo Jordi Bou), y durante sus últimos años Maragall es su mano derecha. Tienen una relación compleja, no exenta de conflictos, dado que el conservadurismo de Mañé choca a menudo con la intrepidez intelectual del joven Joan Maragall, que de entrada parece que no quepa en una redacción como la del Diario de Barcelona; y, sin embargo, el viejo El Brusi fue un altavoz para las ideas de Maragall, por lo que la relación Maragall-Mañé es bastante fructífera.

¿El Joan Maragall que empieza a trabajar en el Diario de Barcelona es el mismo que el de «La ciudad del perdón»?

Sí y no. El primer Maragall, el que escribe sus primeros artículos en El Brusi, es un editorialista encubierto: hace de portavoz de la línea editorial del diario. ¿Maragall se siente cómodo con este papel? No mucho. La prueba es que, cuando puede, Maragall enfoca el tema de los artículos desde diversas ópticas, con el recurso a la polifonía. Es una forma de salvar su independencia intelectual: defiende la línea editorial de la empresa, pero se reserva una carta haciendo constar en el artículo visiones alternativas. Por eso, si hacemos una primera lectura de los textos del primer Maragall en el Diario de Barcelona, ​​cuando carga contra el parlamentarismo, el jurado, el sufragio universal, el feminismo, etcétera, debemos entender que el articulista está haciendo de portavoz de un ideario que es dado. Y esto se ve muy claro cuando abandona ese papel de editorialista encubierto de El Brusi: cuando Maragall gana una voz propia, todos estos temas desaparecen.

¿Qué tenía que ser Teorías?

Teorías debía ser un libro que Maragall debía publicar en la editorial Ollendorf, de París, por mediación de Eugeni d’Ors. Finalmente, el proyecto no se materializó, aunque Ollendorff había pagado un anticipo por el manuscrito que Eugeni d’Ors no entregó a Maragall. Cuando éste recupera el manuscrito, lo refunde para preparar el libro Elogios, que es lo que publicamos. Es un libro en español de Maragall muy bien escrito, porque Maragall es un gran escritor en lengua castellana. Elogios está elaborado en base a artículos publicados previamente, artículos que Maragall refunde e integra en el conjunto.

“Mi ‘Elogio’ preferido es “Elogio de una tarde de agosto”. Maragall explica una espectacular representación al aire libre del Edipo rey de Sófocles en Cautarés”

¿Cuál es el Elogio que más te interesa?

El Elogio más importante es «De la poesía», un texto fundamental para entender la poética de Maragall. Un precioso Elogio es «Del vivir», un texto que tiene una fuerza extraordinaria. Pero mi Elogio preferido es «Elogio de una tarde de agosto». Maragall explica una espectacular representación al aire libre del Edipo rey de Sófocles en Cautarés, el pueblo del sur de Francia donde Maragall iba a tomar las aguas. Aquella representación tuvo lugar en 1903. En el artículo, Maragall nos dice a nosotros, lectores que le leemos muerto a Maragall, que en nuestro instante de lectura se reúne el tiempo del «remoto Edipo», el tiempo de Sófocles, el tiempo de la representación en Cautarés, el tiempo de la escritura y primera publicación del artículo y nuestro tiempo presente. Es una extraordinaria apelación al lector, como si Maragall lo hubiera previsto todo, incluso nuestra emoción a la hora de leerle. Es el último texto del último volumen de la Prosa: ¡el lector que se aproxime a la edición puede que pueda empezar por aquí!

¿Por qué escogiste a Maragall? ¿O fue él quien te eligió a ti?

Empecé a leer a Maragall de niño. Uno de los primeros poemas que me aprendí de memoria es el que empieza con el verso «La retama otra vez…». Mi abuelo Marcel·lí Moreta me regaló la antología poética de Maragall preparada por Carles Riba y el Libro de lectura de Maragall de Antoni Comas. Hacia los catorce o quince años, también fue mi abuelo quien me puso en mis manos el libro de Josep Benet Maragall y la Semana Trágica. Allí descubrí los textos de Maragall motivados por la Semana Trágica, que me impactaron profundamente. Me revelaron que Maragall no era sólo un autor de poemas bonitos que uno se puede aprender la memoria, sino que también era el autor de un pensamiento muy rico. Yo, obviamente, a los catorce años esto no me lo sabía formular, pero sí que recuerdo tener la sensación plena de que Maragall era un autor que hacía pensar. Y poco a poco fui tomando conciencia de que mi autor era Maragall.

“La prosa de Joan Maragall es la de un autor dispuesto a repensar muchas cosas. Por ejemplo, la relación entre tiempo y eternidad”

En la universidad, a la hora de decidir el tema de mi primera tesis doctoral, tuve muy claro que debía centrarme en el pensamiento religioso de Joan Maragall. De modo que llevo frecuentando a Maragall desde antiguo. Creo que puedo decir, ahora que tengo 44 años, que leo a Maragall con cierta profundidad desde hace prácticamente treinta años.

¿Qué nos enseña todavía la prosa de Joan Maragall?

La prosa de Joan Maragall es la de un autor dispuesto a repensar muchas cosas. Por ejemplo, la relación entre tiempo y eternidad. Maragall cuestiona el esquema clásico que nos dice que primero vivimos el tiempo y en función de cómo lo hemos vivido se determina una posterior eternidad de alegría o dolor en un mundo de ultratumba. Maragall dice que no, que la eternidad no viene después del tiempo, sino que la encontramos en el tiempo. Es el instante de gozo que se nos expande y se nos hace eterno.

Pero en la prosa hay otros muchos temas. Por ejemplo, la eterna cuestión de las relaciones Cataluña-España. En este punto, muchos textos de Maragall parecen escritos hoy. Por ejemplo: ¿Cataluña tiene derecho a determinadas cuotas de autogobierno por delegación de competencias de un Estado que se descentraliza, o este autogobierno emana de los derechos históricos de la nación? Esto son debates que se planteaban en tiempos de Maragall y que se siguen planteando hoy.

Esto hace que al leer la prosa de Maragall no lo hagamos por razones historicistas, por tener la idea de un clima de época, sino porque encontramos unos textos que iluminan las cuestiones que hoy discutimos. Y en ese sentido incluso hay cosas que dice Maragall que creo que las entendemos mejor hoy nosotros que sus coetáneos. Creo que podemos decir que Maragall es claramente alguien que se adelanta a su tiempo.

“Maragall no quiere ser un intelectual orgánico, sino un intelectual independiente. Y por eso no quiere ir a las listas electorales”

¿Cómo definirías su relación con la Liga Regionalista?

La Liga quiso fichar a Maragall, ponerlo en las listas para ser diputado. Lo cuentan tanto Cambó como Pijoan. Y Maragall dice no: él quiere preservar su independencia intelectual. Maragall tiene evidentemente una gran afinidad ideológica con la Liga Regionalista de Prat y de Cambó, pero no está dispuesto a perder su independencia. Y esto se ve muy claro en 1909, con la Semana Trágica. La Liga apoya la política represiva del Gobierno Maura, pero Maragall se desmarca. Maragall no quiere ser un intelectual orgánico, sino un intelectual independiente. Y por eso no quiere ir a las listas electorales.

¿Qué planes tiene la editorial Fragmenta?

En Fragmenta seguimos trabajando para publicar buenos libros de ensayo de autores de hoy y ayer, autores que reflexionan a fondo sobre temas humanos y divinos, a veces con una visión más divina, a veces con una más humana. Últimamente nos ha interesado mucho dar voz a autores jóvenes, hijos de la secularización, para ver cómo el depósito simbólico de las religiones es leído por personas a las que no se les ha transmitido ningún tipo de creencia religiosa. Esto ha dado lugar a las colecciones Pecados Capitales, Asaltar la Biblia y Diez Mandamientos, dirigidas por Anna Punsoda. También estamos relanzando la revista Dialogal, ahora bajo la dirección también de Anna Punsoda. Confiamos en que la revista será un instrumento de debate y de incidencia cultural, porque una revista tiene por objetivo contribuir al debate público. Dialogal quiere ser una revista de temas sociales y culturales con permeabilidad con respecto a los discursos espirituales.


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

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