• Opinión
  • 9 de mayo de 2024
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El proceso de ‘siliconización’ de la educación en el siglo XXI

El proceso de ‘siliconización’ de la educación en el siglo XXI

El proceso de ‘siliconización’ de la educación en el siglo XXI

Es un «proceso de siliconización» que produce la pérdida de la esencia del sentido del hecho educativo

Silicon Valley. / Imagen de JJ en Pixabay

 

Licencia Creative Commons

 

Víctor Caballero

 

La sociedad del siglo XXI ha realizado un cambio de paradigma educativo que obedece a la construcción de un nuevo tipo de sociedad totalmente tecnológica y deshumanizada por interés del capital. Los gurús de este nuevo tipo de pedagogía imperante venden estos productos tecnológicos como si hubieran descubierto el Santo Grial, pero realmente ¿se sabe hacia dónde vamos? ¿Estos infinitos recursos pueden mejorar la tarea educativa? Si la respuesta es afirmativa, ¿qué sucederá con aquellos ciudadanos que no puedan acceder a estas nuevas prótesis educativas?

Una consecuencia de esto podría ser la aparición de un nuevo tipo de taxonomía social, por ejemplo, un «Homo Obsoletus» (la expresión es de Mayos, de su libro Homo obsoletusPrecariedad y desempoderamiento en la turboglobalización, 2021). Si no se es competente dentro de este modelo, algunos seres humanos podríamos llegar a ser excluidos de esta sociedad. Si nuestra época es calificada de líquida, tal y como ha desarrollado Bauman en sus libros, en constante cambio de estructuras y de valores con una aceleración constante, quizás, no sea difícil creer que este modelo de innovación pedagógica transmutará en otra de diferente. Por lo tanto, de estas “mejoras” educativas no podemos concluir la certeza de cómo tendremos que educar a las nuevas generaciones.

Las consecuencias que provocan estas pedagogías gaseosas vacías de contenido y de verdadero conocimiento, alienan la «existencia-auténtica», como advirtió Heidegger en su texto El ser y el tiempo (la traducción castellana que hizo José Gaos es de 1951). Es un proceso muy perverso de «siliconización» de la educación que impone un «ethos [que] depende de una genealogía particular [y] se erige como el referente planetario principal y último en el que hay que inspirarse.», como nos describió Sadin en 2018.

Los gurús de Silicon Valley, contrariamente, matricularán a sus hijos en escuelas privadas de instrucción directa, puesto que, como creadores de este «capitalismo cognitivo», saben que la auténtica educación «no recibe a los escolares para introducirlos en la fábrica, que no los posiciona como futuros Makers, sino que los recibe solo como estudiantes», en palabras de Larrosa Bondía (Esperando no se sabe qué: sobre el oficio de profesor, 2019). Desgraciadamente, esto es lo que se está produciendo en la educación pública.

La aceleración constante de la sociedad, con una tecnología en constante cambio, impone una separación entre «formación» e «instrucción» que ven como algo negativo. Desaparece como objeto escolar la formación entendida como asimilación de valores y creencias, formando parte de la vida privada de cada alumno y solo es considerado válido aquello que tenga un sentido funcional e inmediato y, por lo tanto, se defiende una pedagogía antihumanista e individualista.

El sujeto educativo solo se socializará si establecemos una serie de relaciones a través de redes telemáticas y audiovisuales que lo pondrán en contacto con el mundo. Desde la psicología se afirma que estas nuevas relaciones sociales pueden provocar varias patologías psicológicas. La más importante, en mi opinión, no aparece en el DSM-V, el manual de diagnósticos mentales de Arango López. Es un «proceso de siliconización» que produce la pérdida de la esencia del sentido del hecho educativo construyendo un nuevo tipo de alumnado siervo de un pedagogismo, ideología descrita en detalle por Alberto Royo, al servicio del capital.

Este proceso de siliconización de la educación contruye un «ethos educativo» que somete el alumnado a un «narcocapitalismo», como lo acuñó el teórico Laurant de Sutter. Una sociedad convertida en «Prozaklandia». Los efectos de este proceso de reconstrucción subjetiva del alumnado provocará que cuando acontezcan ciudadanos creerán en la falacia de vivir en el mejor de los mundos posibles.

Otro peligro que se deduce de todo esto es que hemos pasado de la sociedad del conocimiento a la sociedad de la información. Pero, ¿tener más información es sinónimo de más conocimiento? Evidentemente, con esta avalancha de información constante y mutable en este tipo de sociedad y, desde la pedagogía que se deduce de esta, muchas veces banal y contradictoria llegamos a una paradoja. Hemos llegado a estar peor informados y con menos conocimiento que nunca a la historia.

Muchas veces la gran cantidad de información que generamos como sociedad produce una intoxicación informativa que especialistas como Alfons Cornella lo denominan «infoxicación». A partir de este hecho, las mejoras tecnológicas y el aumento del capital cognitivo disponible hoy en día hace que seamos conscientes más que nunca que el conocimiento y la cultura exigen tiempo. Por lo tanto, la sociedad y los estudiantes de este nuevo tipo de educación cada vez son más ignorantes e incultos.

Finalmente, ¿cómo podremos resolver esta situación para aquellos que defendemos la cultura y el conocimiento? La pregunta es desconcertante porque cambiar la situación resulta imposible, puesto que la academia se ha vendido en el capital. La única respuesta posible seria, quizás, realizar un proceso individual de «dessiliconitzación de la educación» de carácter individual donde el profesorado no converso a los dogmas de fe pedagogistas colonice sus aulas y fomente el pensamiento crítico y libre a su alumnado.


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

3 Comments

  • Dando en el clavo como siempre. Perfecta disección, con precisión cirujana, de aquel que conoce los entresijos y las rendijas del sistema tecnofeudal que nos aguarda agazapado. Se les veía venir y sólo unos pocos lo anunciábamos. Las evidencias nos van dando la razón, mientras los experimentos educativos, comienzan a mostrar la indigencia mental, o peor aún, la mala fe de aquellos que desde arriba diseñan el pueblo que desean tener: masa consumocapitalista infantil, sin conciencia crítica. Alegra la mente leer voces que disienten y disfrutar de textos hilvanados con sentido y acidez. A veces sólo veo medusas.

  • Un buen artículo de opinión, con bastantes e interesantes referencias blibliográficas sobre el tema. La educación no se contempla como un derecho y un bien fundamental para el desarrollo de la persona, en este caso niños y adolescentes, sino que se ha convertido en objeto de lucro, de instrumentalización ideológica, de proyectos sin fundamento ni objetivos claros, con estadísticas, revisiones y hostigamientos a aquellos docentes que no ven o no aceptan estos métodos empresariales, donde se ha perdido la libertad democrática de los claustros y equipos directivos para hablar sinceramente de este fracaso, de este descontento general de familias por los níveles ínfimos de formación de los hijos , cobayas de experimentos , instrumentalización de políticos irresponsables.
    Los docentes estamos dispuestos a aceptar y aprovechar los nuevos recursos tecnológicos e innovadores , siempre que se acompañe de conocimiento , saber y espíritu constructivo ; porque se trata de educar y enseñar en profundidad para el presente inmediato que construye el futuro.
    ¿ Cuánto dinero y beneficio han recibido los nuevos iluminados de la educación, sin experiencia en las clases ni sabiduría , instructores formadores, pero no formados ,que se alienan a empresas sin ética y políticos sin cultura, ni conocimiento ?…
    Hablamos de salud mental y visual cuando hay obligación de usar pantallas y ordenadores en clase, hablamos de imponer el mobiliario para obligar a los profesores a trabajar en proyectos o en grupitos porque se evitan las mesas individuales, ya que impera la masa, el grupo , disfrazado todo de un buenismo socializador, sin contar con el alumnado que en atención a su diversidad, precisa de otros soportes para aprender.
    Si como dice el autor, solo contemplamos la educación con la mirada global y siliconizada de estos gurús y no empezamos la revolución y la objeción de conciencia cada docente en nuestras aulas , el panorama es desolador, un mundo sin sol con futuros adultos abocados al miedo , la ignorancia y el bloqueo cognitivo.
    Toca coger bien fuerte la bandera de Aristóteles : ” tu destino es tu carácter y tu propósito ” solo se me ocurre decir que dígamos NO a Silicon Valley en la educación y en la enseñanza por el bien de toda la sociedad y sobre todo a esos locos bajitos al que les dejamos un mundo hermoso pero muy complicado.
    Gracias, Víctor Caballero.

  • Fantástica columna de opinión donde se reflexiona sobre el capitalismo empresarial en el mundo educativo y en la enseñanza. Formadores instructores que no docentes formados con experiencia quieren hacer creer a la sociedad que sus métodos serán prósperidad para los alumnos. La realidad ea otra. Fracaso académico , fustración personal, docentes vigilados y familias descontentas al ver que sus hijos tienen grandes carencias académicas. Como dice Víctor, quizás tes hora de revolución interna en las aulas.

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