Marta Vela: «Galdós fue un apasionado de la música que podríamos llamar cosmopolita»

Marta Vela: «Galdós fue un apasionado de la música que podríamos llamar cosmopolita»

Entrevista a Marta Vela, pianista, investigadora y profesora

Marta Vela: «Galdós fue un apasionado de la música que podríamos llamar cosmopolita»

Marta Vela. / Foto: Cortesía de la autora.

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Andreu Navarra

 

Tras unos años volcada en el apoyo a la candidatura de la jota aragonesa como Bien Inmaterial de la UNESCO, actividad que ha generado tres libros (La jota, aragonesa y cosmopolita, de 2022; Jotas cosmopolitas de Aragón, de 2023 y La jota, aragonesa y liberal, de 2024), Marta Vela cambia de tercio pero no de carácter y publica Beethoven y Galdós. Vidas paralelas (Verbum). A Beethoven ya le había dedicado un brillante ensayo: Las nueves sinfonías de Beethoven (2020).

 

Portada del libro de Marta Vela

Beethoven y Galdós, artistas bien diferentes… ¿En qué sentido piensas que vivieron “vidas paralelas”? ¿Cómo fue surgiendo la idea de tu libro?

Siempre se ha asociado a Beethoven la figura de Goya, porque fueron contemporáneos, pero apenas se “tocaron”. A Galdós, sin embargo, que nace en 1843 cuando Beethoven había muerto en 1827, le llega ya la imagen, vamos a decir santificada, del compositor y, gracias a la vida musical madrileña, cada vez se identifica más con su música, que entrevera con el devenir de sus personajes y la trama de algunas de sus novelas. Pero pienso que Galdós y Beethoven fueron dos acérrimos defensores del ideario ilustrado, del espíritu liberal y, por ende, de la educación (en Galdós, según el ideal krausista) como único ascensor social para los desfavorecidos. Tal vez por esta independencia, pese a sus multitudinarios funerales, ambos murieron en la miseria, abandonados por las autoridades. Si Beethoven y Galdós vivieran hoy, tengo claro que lucharían contra los fanatismos de nuestra época y que, por tanto, de inmediato serían cancelados.

«Si Beethoven y Galdós vivieran hoy, tengo claro que lucharían contra los fanatismos de nuestra época y que, por tanto, de inmediato serían cancelados»

¿Qué música le interesaba a Galdós, como melómano, crítico e intérprete ocasional?

Siempre se le ha identificado con la zarzuela, porque es verdad que fue el momento de la eclosión del género en la segunda mitad del siglo XIX, y porque algunas de sus obras posteriormente se adaptaron en ese formato. Pero Galdós fue un apasionado de la música que podríamos llamar cosmopolita, en especial, la de los clásicos, Mozart y Beethoven, pero también de otros músicos contemporáneos a él, como Wagner. A través de sus frecuentes visitas al Teatro Real de Madrid, se familiarizó también con la ópera italiana belcantista, Verdi y las obras de Meyerbeer. Con el paso del tiempo, la música fue ganando presencia en la obra de Galdós y no sólo en su obra narrativa, sino, también en el teatro. A la vez, y esto me parece lo más interesante, aunque Galdós tocaba el piano (como podía, porque nunca recibió clases), en su madurez se propuso formarse sobre los fundamentos teóricos de la música, es decir, en armonía y análisis, con un músico militar llamado Manuel Manrique de Lara. En suma, Galdós quería entender cómo estaba hecha la música que le fascinaba.

¿Cómo se engarzan las alusiones o recuerdos de Galdós en La desheredada, Fortunata y Jacinta y Tristana?

Son tres contextos muy distintos porque las obras son muy dispares entre sí. Pero la música en Galdós siempre tiene un fino hilo simbólico (para que después los “modernos” le llamen garbarcero, ya ves). En La desheredada, donde se plantea la perdición de la protagonista en el contexto de la fallida Primera República, la música de la Sonata Op. 31 n º 2, que Beethoven había ligado, de alguna manera, a La tempestad de Shakespeare, habla de arrepentimiento y redención, así como otros fragmentos donde la impotencia de los pianistas aficionados frente a la obra de Beethoven se asemeja al torpe manejo político de la era republicana. En Fortunata hay muchos frentes abiertos, porque es esa cumbre inalcanzable, desde la asimilación del mercado textil de Madrid a la revolución del estilo de Beethoven frente al de Mozart, hasta la “traición” de las Samaniegas a los héroes de la narración, Fortunata, por supuesto, pero también el mismo Beethoven, pasando por la hermosa escena del Teatro Real, con el estreno madrileño del Rienzi wagneriano, un tribuno apedreado por su propio pueblo, igual que Amadeo de Saboya, y el advenimiento de la sociedad del futuro, las clases medias que Galdós no llegó a ver. En Tristana hay un trauma físico de fondo, porque Beethoven se obliga a vivir a causa de su arte mientras que la huérfana es un reflejo pequeño-burgués de esa misma situación, esa resignación, su convivencia forzada con Don Lope.

«Creo que mi novela favorita de esa época es la que nunca escribió, que es La Regenta, tan actual sobre nuestra miserable condición humana»

¿Cuál es tu novela preferida de Galdós y por qué?

Esta pregunta es difícil. Creo que mi novela favorita de esa época es la que nunca escribió, que es La Regenta, tan actual sobre nuestra miserable condición humana. De Galdós me gustan muchas cosas también, los Episodios, o esta especie de miniaturas preciosas, La de Bringas, Tormento. Pero, claro, qué puede decirse ante Fortunata y Jacinta, qué se puede escribir después de eso, sobre todo, en cuanto a su fino retrato de la sociedad madrileña de la época, desde los más altos estratos, los moradores del Teatro Real, hasta los bajos fondos, el entorno de la Plaza Mayor donde vive Fortunata con sus tíos.

Parece que Galdós puso un poco de sistema en sus ideas musicales en su artículo “La Música”, publicado en La Prensa el 3 de marzo de 1886. Un artículo que reproduces entre las páginas 54 y 58 de tu ensayo. ¿Por qué es tan importante este texto?

Porque nos habla de la música que Galdós, un asiduo a representaciones y conciertos, tenía en el imaginario en 1886, es decir, la música que se había podido escuchar en Madrid con cierta frecuencia, y eso es fundamental para reconstruir la época a nivel cultural. Tenemos que pensar que la música era (al contrario que hoy), un pequeño milagro al que se accedía con mucha suerte (y, lógicamente, dinero). No había televisión, ni radio ni plataformas de streaming, la música en directo era la joya de la corona en las artes, y así se vivió entonces.

¿De dónde procede tu predilección por Beethoven?

Me parece que, aunque su vida y su obra se han idealizado mucho (qué remedio, claro), ha sido uno de los creadores modernos en el sentido del hombre libre que responde sólo de sí mismo y de su propia creación, aunque eso no le ahorrase la miseria, exactamente igual que Mozart treinta años antes, justo después de la Revolución Francesa. Conviene recordar que Beethoven tuvo una crisis muy grande en 1802, cuando se dio cuenta de que se iba a quedar sordo del todo, y que, si no llegó a suicidarse, fue por la idea de seguir creando, de seguir componiendo música que, en buena medida, el mundo tampoco supo apreciar en un momento gobernado por la música ligera de Rossini.

¿Quién era Malats?

Malats fue uno de los grandes pianistas del momento. Era catalán, igual que Viñes o Pujol (que inmortalizó Fortuny en su lienzo) y estuvo muy presente también en Francia, donde tocaría la Suite Iberia de Albéniz, que la concibió para él. Malats también era compositor y hubiera querido adaptar en zarzuela la Marianela de Galdós, pero finalmente no pudo realizar tan ambicioso proyecto. Sin embargo, ambos se hicieron amigos y Galdós pudo conocer gracias a él algunas obras infrecuentes (en ese momento) de Beethoven, como la Sonata Op. 111 que cierra el ciclo monumental de las treinta y dos sonatas para piano. En Malats encontró Galdós un interlocutor para hablar de la música de Beethoven, por eso es tan importante su figura.

«Galdós fue un gran defensor de la mujer en su época, sobre todo, de su injusta posición social a causa de una baja formación»

Fortunata, Jacinta, Saturna, Tristana, doña Emilia Pardo Bazán… Muchos nombres de mujer en tu libro… Le dedicas muchas páginas a la cuestión. ¿Qué lugar ocupa Galdós entre ellas?

Galdós fue un gran defensor de la mujer en su época, sobre todo, de su injusta posición social a causa de una baja formación que la condenaba de por vida a la sumisión del hombre (en este caso, Pardo Bazán, como George Sand antes, eran la excepción, porque eran ricas y se podían permitir el lujo de ser independientes). En este sentido, Galdós asimila la triste figura del dilettante musical a la de la mujer decimonónica, que se mueve entre la impotencia de su escasa educación y, por tanto, sus nulas aspiraciones en la vida. En Galdós, como en la propia realidad, la mujer de estrato pequeño-burgués (Gloria, Camilla, Tristana, Olimpia…, Ana Ozones toca con un solo dedo…) aporrea el piano (literalmente) de la misma forma que traiciona un espíritu independiente negado por la misma sociedad a la que pertenecen.

¿Qué harías si fueras ministra de Educación?

(Risas…) Yo no podría ser ministra, no acataría la disciplina de partidos y, mucho menos, en el triste papel de la mujer en la política de hoy. Pero, si pudiera hacer lo que hago en mis clases para todos, establecería un sistema de enseñado basado en el conocimiento a partir de las fuentes, progresivo pero esforzado, basado en la igualdad de oportunidades y en un espíritu ilustrado que concibe la enseñanza como un ascensor social. Pero, como Galdós y Beethoven en pos de una sociedad libre y justa, me temo que aún tendremos que seguir esperando.

Eres hiperactiva. Sabemos que no sabes estarte quieta… ¿Qué andas tramando? ¿Conciertos, nuevos ensayos?

Sí que paro, eh, ahora en las vacaciones no he hecho nada (risas), pero siento que hay tanto por descubrir…, pero sí, hay cosas,  próximamente lanzaremos una revista académica de música y artes interdisciplinares, un concierto benéfico en el Auditorio Nacional de Madrid a favor de la Fundación Carreras en septiembre, otro Beethoven para 2027…, bueno: la presentación de este Beethoven-Galdós en Zaragoza y Madrid con las obras de Galdós tocaba al piano con su sobrino Pepe…, y otro disco de jota cosmopolita, por qué no.


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

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