Tycho Brahe

Tycho Brahe

SUCEDIÓ…

El 24 de octubre de 1601

Tycho Brahe fallecía en Praga

Tycho Brahe. / Wikimedia

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Xavier Massó

 

El 24 de octubre de 1601 fallecía en Praga (reino de Bohemia, actual Chequia) Tycho Brahe, uno de los astrónomos más eminentes de la Edad Moderna. Aunque su modelo astronómico postula el geocentrismo frente al heliocentrismo de Copérnico, la extraordinaria precisión de las mediciones obtenidas por sus perseverantes observaciones astronómicas dio paso a la teoría de las orbitas planetarias de su discípulo, Kepler, y a la postre, a la confirmación del heliocentrismo frente al geocentrismo.

Tenemos tan asumido hoy en día que la Tierra orbita alrededor del Sol, y no al revés, que acostumbramos olvidar que, intuitivamente, todo indicaría en principio que no es así. Incluso en el lenguaje cotidiano en cualquier lengua, seguimos hablando de la salida y de la puesta del Sol, como si fuera éste el que se moviera a nuestro alrededor y nosotros permaneciéramos quietos, inmóviles.

También, desde la indudable posición de ventaja que nos da vivir en el presente, acostumbramos a proyectar nuestras categorías en el pasado, olvidando, por ejemplo, que con los datos de que se disponía en el siglo V aC, lo más razonable era postular que la Tierra permanecía inmóvil y que el Sol orbitaba a su alrededor. Hubo, ciertamente, defensores del heliocentrismo –como algunos pitagóricos-, pero era en todo caso una hipótesis, no solo indemostrable, sino que las «demostraciones» astronómicas avalaban todas ellas el geocentrismo. En realidad, por poner un ejemplo, los eclipses eran igualmente predecibles. El único problema era el movimiento «irregular» de los planetas, pero para explicarlos se establecieron las oportunas hipótesis ad hoc, como los «epiciclos», que son los que acabaron creando problemas.

La revolución que llevó a cabo Copérnico al postular que la Tierra se mueve fue mucho más que una simple tesis fundamentada en «datos»; fue cambio de perspectiva

La revolución que llevó a cabo Copérnico al postular que la Tierra se mueve fue mucho más que una simple tesis fundamentada en «datos»; fue cambio de perspectiva, una nueva cosmovisión que comportaba un inherente cambio de mentalidad. Por esto precisamente fue una revolución. Tampoco, en realidad, la cosa quedó todavía tan clara, y muchos astrónomos eminentes la rebatieron con datos igualmente empíricos. Tycho Brahe fue precisamente uno de ellos.

Tycho Brahe había nacido en Knudstrup –Escania, perteneciente en aquellos tiempos a Dinamarca, hoy a Suecia- el 14 de diciembre de 1546. Era de familia aristocrática y estudió Filosofía en la Universidad de Copenhague. Durante su época de estudiante, como era usual por entonces, se batió en duelo, perdiendo parte de la nariz, que cubrió con una prótesis de oro y plata que simulaba una nariz metálica. Se dedicó desde muy pronto a la astronomía, y consiguió que el rey danés Federico II le financiara la construcción de un observatorio para sus estudios, primero en la isla de Vhen, y luego en el castillo de Uraniborg. Hasta donde consta, es el primer humano que observó una supernova, en 1572.

A la muerte de Federico II, sus malas relaciones con el nuevo rey, Christian IV, indujeron a Brahe a aceptar la invitación del emperador Rodolfo II de Habsburgo, y se trasladó, primero a Rostok, y finalmente a Praga. En estos últimos años contó con la colaboración de un joven Johannes Kepler, futuro eminente astrónomo.

En el caso de Brahe, los cálculos astronómicos resultantes de sus observaciones fueron mucho más precisos que los de Copérnico, pero se negó a admitir el heliocentrismo como «real»

Las tesis heliocéntricas de Copérnico habían causado un cierto revuelo en los círculos astronómicos de la época, aunque no tanto en un primer momento. Básicamente porque se tomaron como una hipótesis más o menos ingeniosa que resolvía ciertos problemas, pero no como una descripción «real» de la estructura del cosmos. Solo cuando se vio su auténtico alcance empezó a inquietar a los teólogos y cosmólogos. En muchas universidades, por ejemplo,  se siguió durante mucho tiempo explicando el geocentrismo tolemaico, y sólo a los estudiantes más avanzados se les introducía en los «secretos» del heliocentrismo copernicano.

En el caso de Brahe, los cálculos astronómicos resultantes de sus observaciones fueron mucho más precisos que los de Copérnico, pero se negó a admitir el heliocentrismo como «real». En su lugar, readaptó el geocentrismo proponiendo un sistema con la Tierra como centro inmóvil del universo, alrededor de la cual orbitaban el Sol y la Luna, pero los planetas –los cinco conocidos entonces: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno-, ya no lo hacían alrededor de la Tierra, sino del Sol… A Galileo le bastó con poner también a la Tierra a orbitar en torno al Sol, y poner a éste en el centro para recuperar, sensiblemente mejorado, el modelo de Copérnico.

Como curiosidad, la autopsia realizada a los restos de Tycho Brahe en 1999, estableció como causa de su muerte envenenamiento por mercurio, lo cual desató todo tipo de especulaciones. La más verosímil es que, dedicado también a la alquimia y a la medicina, elaborara sus propios medicamentos con mercurio para tratarse contra la uremia que padecía.


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

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