• Portada
  • 22 de noviembre de 2024
  • Sin Comentarios
  • 10 minutos de lectura

Javier Martín Vide: “Estamos aún a tiempo, pero el tiempo se acaba”

Javier Martín Vide: “Estamos aún a tiempo, pero el tiempo se acaba”

CARA A CARA CON

Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física y climatólogo.

Javier Martín Vide: “Estamos aún a tiempo, pero el tiempo se acaba”

Javier Martín Vide. Foto: Cortesía del autor

Licencia Creative Commons

 

David Rabadà

 

Ante la sequía de los últimos años, el cambio climático vigente y sus negacionistas se hace casi obligatorio entrevistar al doctor Javier Martín Vide (Barcelona, 1954). Él, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, académico numerario de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, y correspondiente de la Royal Academy for Overseas Sciences (Bélgica) y de la Academia Malagueña de Ciencias, es uno de los mejores expertos en análisis estadístico de precipitaciones, climatología y cambio climático.

Primero se licenció en Ciencias Matemáticas en el año 1977, luego se doctoró en Geografía e Historia en 1982 con su tesis titulada Características climatológicas de la precipitación en la franja costera mediterránea de la península ibérica. Posteriormente ha participado en numerosos proyectos científicos en donde una de sus grandes aportaciones fue el descubrimiento de la Oscilación del Mediterráneo Occidental y la propuesta de los Índices de Concentración y de Disparidad Consecutiva. Por otro lado, ha dirigido 36 tesis doctorales y ha sido el primer presidente de la Asociación Española de Climatología (1998-2004), como también presidente de la Asociación Española de Geografía (2009-2013) y director del Instituto de Investigación del Agua (Universidad de Barcelona) (2015-2019).

Cabe añadir que ha publicado unos 30 libros, escrito alrededor de 400 artículos científicos y hoy en día es un reconocido conferenciante y tertuliano en los medios de comunicación. En fin, que el doctor Martín Vide, y respecto al calentamiento global, nos puede ofrecer respuestas con datos contrastados y sin opiniones ideológicas.

 

Ante tu larga experiencia, ¿qué debería entender la gente por calentamiento global?

Dos palabras bien explícitas que juntas dan nombre al claro aumento de la temperatura experimentado en el conjunto del planeta desde las últimas dos décadas del siglo XX hasta la actualidad, y, de momento, sin visos de revertirse, fruto de las emisiones antrópicas de gases de efecto invernadero. El calentamiento global es la manifestación más nítida del cambio climático antrópico.

Veo que has centrado gran parte de tus investigaciones en el análisis probabilístico de las precipitaciones, de los riesgos climáticos y del calentamiento global. Ante el alud de datos con los que trabajas, ¿qué les dirías a quienes niegan el cambio climático antropogénico?

Los datos meteorológicos, no solo los procedentes de las estaciones meteorológicas, sino los que proveen los satélites y los indicadores naturales, son tan numerosos, y las series climáticas tan explícitas, que muestran un aumento estadísticamente significativo de la temperatura global siendo el cambio climático una evidencia para la ciencia.

“El cambio climático actual no es una novedad de ahora, pero sí que lo es la causa humana”

Hace unos 13.000 años comenzó el calentamiento global bajo causas astronómicas naturales. Hoy en día la contaminación humana puede acelerar este proceso natural, pero ¿qué porcentaje exacto representa la causa antrópica en ello?

En efecto, estamos en un período interglaciar relativamente cálido que concluyó hace esos miles de años, un ciclo natural. Sin embargo, desde hace unos 40 años el planeta está experimentando un calentamiento no explicable por la actividad solar, los ciclos orbitales de la Tierra o la actividad volcánica. Y es que hay una nueva causa: las emisiones antrópicas de gases de efecto invernadero. El cambio climático actual no es una novedad de ahora, pero sí que lo es la causa humana.

Has publicado más de 25 libros sobre climatología, ¿cuál de ellos crees que debería ser de lectura obligada para la sociedad?

Ninguno. Hay tantos libros extraordinarios que leer y la vida es tan corta… Pero para quien esté muy interesado en saber qué ocurre en España en el tema que tratamos, le recomendaría Cambio climático en España, que acaba de ver la luz, y que he coordinado junto con dos colegas universitarios.

“Hoy el principal objetivo es devolver a nuestras aguas grises, las de desecho, la calidad original”

Has dirigido unas treinta y seis tesis doctorales y has participado en varios proyectos de investigación europeos. También has impartido clases en los grados de Geografía y de Ciencias Ambientales, y lo sigues haciendo en diferentes másteres y programas de doctorado, ¿crees que las ciencias ostentan suficiente peso en la Enseñanza Secundaria Obligatoria?

Las ciencias han tenido un peso inferior al debido y se han considerado a menudo “cocos”, pero tampoco salen ventajosas las humanidades. Cómo olvidar, por ejemplo, la Geografía, que no solo describe el espacio, desde la escala global a la local, sino que explica los territorios integrando factores naturales, realidades poblacionales y procesos económicos.

Has alcanzado diferentes cargos en el mundo científico como ser presidente de la Asociación Española de Climatología (1998-2004), del Consejo Asesor del Servei Meteorològic de Catalunya (2000-2011), de la Asociación de Geógrafos Españoles (AGE) (2009-2013), del Comité español del World Climate Research Programme (2010-2015) o la dirección del Instituto de investigación del Agua (Institut de recerca de l’Aigua) de la Universidad de Barcelona desde 2015 a 2019. Desde tantos cargos y perspectiva quizás puedas indicar cuál debería ser en esencia la gestión futura del agua ante un consumo al alza y una lluvia escasa.

Desde luego, hay que moderar el consumo de agua en un país no sobrado de recursos hídricos. Aquí incluyo no crear nuevos regadíos que acaparan un alto porcentaje del agua disponible. Hoy el principal objetivo es devolver a nuestras aguas grises, las de desecho, la calidad original. Para ello la tecnología del agua permite una buena depuración y, con un procedimiento adicional, convertir las aguas depuradas en aguas regeneradas, adecuadas para cualquier uso. En algunas áreas costeras e insulares habrá que seguir disponiendo de agua desalinizada para cubrir las demandas.

Vista satélite de la DANA sobre Valencia el 29 de octubre a las 17:30. / Wikimedia

 

Como coordinador del Grupo de Expertos de Cambio Climático de Cataluña y del Observatorio Metropolitano del Cambio Climático del Área Metropolitana de Barcelona, ¿cómo podemos gestionar con mayor efectividad las olas de calor veraniegas en nuestras ciudades mediterráneas?

El exceso de calor, especialmente en las ciudades, es uno de los principales riegos al que nos enfrentamos. Es hoy ya un problema de salud pública, que afecta especialmente a los más desfavorecidos y a las personas de edad avanzada con enfermedades crónicas, sobre todo si están en condiciones de pobreza energética y sin aire acondicionado. Hay que reverdecer nuestras ciudades, con más parques y jardines, hay que convertir muchas calles en ejes verdes. El uso de toldos y pérgolas en los espacios más concurridos, la disponibilidad de refugios climáticos, los tejados verdes y los tejados frescos, pintados de blanco, si cabe, contribuyen a sombrear la ciudad o a reducir la absorción de radiación solar. Y, muy importante, es necesario sustituir el suelo duro por otros más permeables, desde donde el agua de lluvia o de limpieza pueda evaporarse, con el consiguiente refrescamiento. Las plazas duras, de moda hace 40 años, son hoy anacrónicas en las ciudades mediterráneas bajo la realidad del cambio climático.

“Es necesario sustituir el suelo duro por otros más permeables, desde donde el agua de lluvia o de limpieza pueda evaporarse”

Al respecto del cambio climático, y entre las visiones pesimistas y catastrofistas de algunas izquierdas políticas y las optimistas de algunas derechas, ¿qué les dirías a ambos extremos?

Por una parte, ser optimistas ante el panorama que tenemos es de ilusos o de negacionistas y, por otra, el catastrofismo conduce a la inacción. Ni una cosa, ni la otra, hay que ser positivos, proactivos, intentando hacer todo lo que esté en nuestras manos en línea con la sostenibilidad, exigiendo la acción a quienes administran lo público para que el calentamiento sea el mínimo posible. Estamos aún a tiempo, pero el tiempo se acaba.


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *