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  • 11 de diciembre de 2025
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Recordando a un científico ilustrado: Jorge Juan (1713-1773)

Recordando a un científico ilustrado: Jorge Juan (1713-1773)

Retrato del marino español Jorge Juan y Santacilia (1713-1773), que también fue caballero de la Orden de Malta. / Wikipedia

 

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Xavier Massó

 

Nacido el 5 de enero de 1713 en Novelda (Alicante), Jorge Juan y Santacilia fue humanista, científico, marino, ingeniero naval, espía y con toda probabilidad uno de los ejemplares más completos que dio el incipiente paso por España del espíritu ilustrado del siglo XVIII. Participó en la medición de la longitud del meridiano terrestre, demostrando que la Tierra estaba achatada por los polos.

Huérfano de padre a los tres años, fue educado en el colegio de los jesuitas en Alicante bajo la tutoría de su tío, miembro de la orden. Ingresó en la Academia de Guardamarinas de Cádiz en 1727, adquiriendo fama de alumno aventajado por su extraordinaria habilidad en matemáticas, razón por la cual sus compañeros le apodaron «Euclides».

Tuvo una destacada participación en la Misión Geodésica Hispano-Francesa (1735-1744), organizada por Francia para medir el arco de meridiano en la zona del ecuador. Se trataba de determinar si la esfera terrestre estaba elongada por los polos, como sostenía Cassini, o achatada, como se desprendía de la ley de gravitación universal de Newton y parecían corroborar los experimentos con péndulos, tal como defendían Halley y Huygens. Esto requería la realización in situ de mediciones del arco de meridiano en distintas latitudes.

La participación española correspondió, sorprendentemente para una misión de tal envergadura, a dos científicos extraordinariamente jóvenes y extremadamente competentes, Jorge Juan, de 21 años, como matemático, y  Antonio Ulloa, de 19, como naturalista. Tan jóvenes eran que todavía carecían de graduación militar, razón por la cual se acordó ascenderlos directamente a tenientes de navío. El centro de operaciones que se les asignó fue Quito, en Ecuador, desde donde llevaron a cabo distintas triangulaciones que comprendían desde llanos hasta cumbres de 5.000m de altitud. La expedición pasó por grandes dificultades e interrupciones por el estallido de la guerra con Inglaterra. Juan estableció como valor del grado de meridiano en el Ecuador 56.767,788 toesas –unos 110,6km-. Su cálculo fue el más aproximado de todos los de la expedición, y no solo probó que la Tierra estaba achatada por los polos, sino que también sirvió para que, cincuenta años después, se estableciera el metro como unidad de medida del sistema métrico decimal, considerado como una diezmillonésima parte del cuadrante de meridiano terrestre.

El viaje de regreso a España no fue fácil al estar en situación de guerra con Inglaterra, que dominaba los mares. Por razones de seguridad, Juan y Ulloa viajaron por separado. Juan llegó a Brest (Francia) el 31 de octubre de 1745. De allí se dirigió a París para intercambiar impresiones con los eruditos franceses. Ulloa no fue tan afortunado y fue capturado por los ingleses, razón por la cual tuvo que destruir todos sus documentos y permaneció preso un tiempo en Inglaterra.

Al regresar a España, ya bajo el reinado de Fernando VI, conoció al Marqués de la Ensenada, que vio en él al hombre idóneo para reformar la vetusta armada española. Fue enviado a Londres como espía con el objetivo de conocer las técnicas de construcción naval inglesas. Se hizo pasar por un tal «Mister Josues» y su éxito fue total. No solo se codeó el primer ministro John Russell, sino que incluso fue nombrado miembro de la Royal Society –como también lo fue, por cierto, Ulloa-. Se las arregló para conocer los avances ingleses y contrató expertos para que fueran a trabajar a España aplicando las nuevas técnicas.

No solo copió los diseños ingleses, sino que también los mejoró. Dieciocho meses después, el propio primer ministro inglés ordenó su detención acusándolo de espionaje y tuvo que escapar a toda prisa. De vuelta a España, implantó su sistema en los astilleros de Cádiz, El Ferrol, Cartagena y La Habana, aplicando además un método de división del trabajo según el criterio de especialidad. En El Ferrol, además, participó con el también ingeniero naval catalán Francisco Llobet, en la planificación del arsenal y del barrio de la Magdalena.

Sus mejoras fueron de tal envergadura que los ingleses le devolvieron la visita y se hicieron con las mejoras que Juan había introducido en sus propios modelos. Y además se aseguraron de que España no los fuera a aplicar. La caída en desgracia del marqués de la Ensenada –promovida por las intrigas del embajador británico, Benjamin Keene-, supuso la liquidación del proyecto y la adopción del modelo de construcción naval francés, claramente inferior.

Jorge Juan prosiguió con su actividad científica. Fundó en Cádiz la «Asamblea Amistosa Literaria», que se reunía para discutir temas de interés, en la que participaron eruditos como Louis Godin, José Infante, Francisco Canivell, José Nájera, Pedro Virgili, José Carbonell… en lo que pretendió ser el embrión de una futura Academia de las Ciencias española, proyecto que no fructificó. Fue también fundador del observatorio astronómico de Madrid y embajador en Marruecos durante un tiempo. Siempre y en todas sus actividades, destacó por su extrema competencia y lúcido criterio.

Jorge Juan y Santalicia murió en Madrid, el 21 de julio de 1773, a los 60 años, como consecuencia de un cólico bilioso.


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

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