• Opinión
  • 13 de noviembre de 2025
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Nextland

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Imagen generada mediante IA

 

Licencia Creative Commons

 

Víctor Guiu Aguilar

 

Divulgaban con potencia uno de esos extraordinarios congresos sobre Educación y otras mamandurrias entre coachs y otros expertos de todo pelaje. Los centros de profesores difundían la Buena Nueva entre sus cuentas de contacto y pedían encarecidamente su difusión entre familias y claustros. Del mismo modo que niegan formación de calidad a sus profesores, pero un amplio catálogo de mindfulness y otros rezos y rogativas. El nombre recoge gran parte de los disparados parámetros analizados, que aconsejan el reposo o el ingreso en un centro especializado: Netxland – donde nace el futuro-.

La cabeza de cartel del evento, aunque bien pensado podríamos decir cabeza de cártel: doña Mar Romera, experta en un montón de cosas chulas.

La organización, un profesor de ¿Ciencias? de la Educación bien posicionado entre Cajas, ayuntamientos y otros posibles patrocinadores que te dicen que “abras tu mente” mientras ellos se aconsejan otros menesteres.

Decenas de Fundaciones y entidades metidas al interesante negocio “chiringuital” (no sé si existe semejante esperpento de vocablo) de la educación (con minúsculas), proponen sus estudios y sus propuestas para mejorar tal cantidad de cuestiones educativas que, quizás, haciéndonoslo mirar, deberían hacer pensar a nuestros próceres y entidades patrocinadoras que el problema va más allá de expertos de la nada más absoluta.

Ese papel que todo lo aguanta. Esa prensa que todo lo sostiene, enmascarando la realidad con titulares exitosos, procederá a dar el premio y la medalla de oro a todo lo organizado. El desierto de lo real. Han elegido pastilla y creo que no es la roja. Para qué meterte en jaleos.

Un buen amigo que trabaja en el sector de la banca me vende las excelencias del encuentro, la necesidad, otra vez más, de abrir la mente. Le expongo unas cuantas aperturas de mente para reconducir el sector bancario con ideas novedosas fundamentadas en el Comunismo, pero se ríe. “Estás tarao”, debe pensar. Me callo. Consejos vendo que…

En el multiverso de las redes seguimos enquistados con lo mismo. Tras décadas movilizado en lo político y haciendo uso de mi libertad, mis recursos y mi salud para luchar contra la derecha más anquilosada, te tienes que oír que eres un facha. Gente experta en mentir y divagar hasta cargarse la Educación (con mayúsculas) diciéndote que no eres inclusivo, ni leal, ni buena persona de izquierdas, ni siquiera te mereces el trabajo que tienes y, pobrecitos de tus alumnos, que te tienen como maestro.

Se pliegan a un falso victimismo que se parece mucho a los movimientos políticos de la ultraderecha, que acaba por hacer pagar las culpas a aquel que no ha cometido delito. Y en ese falso victimismo, tan palmario que llega a dar arcadas, parece que reconstruyen cada dos años sus cimientos de paja mientras los alumnos leen peor y entienden peor lo que leen, sin remisión. Aunque inclusivamente (me permitan esa maldad).

Y esas falsas víctimas, sin embargo, son las que gobiernan este puñetero desastre. Son las que imponen, ordeno y mando, las normas, sugerencias y proyectos desde ministerios y consejerías. Son las que han relegado a la clase trabajadora, dejándola a los pies del capital y del poder, pues le impiden el acceso al conocimiento, la única herramienta que les puede hacer críticos y libres. Son los que, en su torre de marfil, elevan proclamas que más parecen dogmas religiosos que fundamentos educativos.

Y tras esa pesadumbre de tantos, está la indiferencia de muchos otros, la mayoría, que ven como la desafección política, ese cáncer aprovechado por tantos pedagogistas, inunda la sociedad, haciendo casi imposible un retorno progresivo donde impere el sentido común y la evidencia científica.

Lamentable, asolador. Imposible de revertir desde la indiferencia. Quizás ha llegado el momento de la insumisión. Salvemos al menos nuestras almas y nuestra dignidad como profesorado.


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

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