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  • 7 de marzo de 2025
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Hipatia de Alejandría

Hipatia de Alejandría

SUCEDIÓ…

El 8 de marzo del año 415

Linchamento y muerte de Hipatia de Alejandría

Ilustración de Louis Figuier en Vies des savants illustres, depuis l’antiquité jusqu’au dix-neuvième siècle de 1866, que representa la imaginación del autor de cómo podría haber sido el asalto contra Hipatia. / Wikimedia

Licencia Creative Commons

 

Xavier Massó

 

Mientras paseaba por su Alejandría natal, Hipatia de Alejandría fue abordada por una turba de fanáticos cristianos instigados por el obispo Cirilo y lapidada hasta la muerte. Filósofa, lógica, matemática y astrónoma, Hipatia fue sin duda una de las mentes más brillantes de la tardoantigüedad.

La muerte de Hipatia marca simbólicamente el final de una era que había empezado mil años antes con los primeros filósofos y matemáticos jonios en la Grecia presocrática: Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Pitágoras… que luego fructificó en la Academia y el Liceo atenienses, y cuyo epicentro cultural había sido en los últimos siete siglos la ciudad helenística de Alejandría, con el Museo y su Biblioteca.

En los tiempos de Hipatia, Alejandría estaba ya muy lejos de sus mejores momentos. Su biblioteca, que tal vez había llegado a acumular hasta medio millón de volúmenes manuscritos en el siglo I a.C., había sido objeto de varios saqueos en los últimos siglos. En el 273 por las tropas del emperador Aureliano, en el 297 por las de Diocleciano. Finalmente, en el 391, Teodosio había ordenado la destrucción de todo vestigio pagano…

La muerte de Hipatia marca simbólicamente el final de una era que había empezado mil años antes con los primeros filósofos y matemáticos jonios en la Grecia presocrática

Aun así, y gracias a la intercesión de algunos patriarcas cristianos, lo que quedaba de la antigua biblioteca y los restos de su comunidad de eruditos, fueron trasladados al templo del Serapeo, donde pese al recelo, cuando no abierta hostilidad, que suscitaba la pervivencia de una comunidad erudita de tradición pagana entre muchos cristianos, siguió funcionando de forma más o menos precaria. Muchos de los miembros de las élites gobernantes y de la jerarquía eclesiástica fueron instruidos por ellos. Sería el caso del obispo Sinesio de Cirene, el gramático Hesiquio de Alejandría, o prefecto imperial de Egipto, Orestes; todos ellos discípulos de Hipatia. Y esto, el cristianismo más radical y de amplia base popular no lo toleraba.

Hipatia había nacido probablemente hacia el año 355 –otras versiones hablan del 370- y era hija del astrónomo y matemático Teón. Habiéndose criado en lo que quedaba de la antigua comunidad de la Biblioteca, destacó muy pronto por su talento hasta convertirse en su miembro más conspicuo.  Aunque se conoce muy poco de su vida, las disciplinas que cultivó la situarían en un neoplatonismo ecléctico e intelectualizado, en la tradición filosófica y científica de los clásicos, desde Platón y Aristóteles, hasta sus ilustres predecesores en la Biblioteca, como Eratóstenes o Tolomeo. Es la primera figura intelectual femenina, al menos en matemáticas y filosofía, de la que se tiene certeza histórica de su existencia. Se sabe que escribió sobre geometría, álgebra y astronomía, que mejoró el astrolabio y que diseño un densímetro.

Pero corrían tiempos convulsos, y tampoco dentro del cristianismo había unanimidad, proliferando todo tipo de controversias teológicas con sus inevitables ramificaciones políticas. Había un cristianismo más intelectualizado, propio de las clases más cultas, que incorporaba la tradición intelectual pagana, frente a otros sectores más puristas y radicalizados, que consideraban dicha tradición una herencia a extirpar. Un cristiano demasiado culto podía ser fácilmente acusado de herejía por su «blandura» hacia los paganos. Tal era el caso del obispo Teófilo de Alejandría (f. 412), que había intentado contemporizar frente a las tensiones entre los distintos sectores cristianos, por un lado, y entre cristianos y paganos, por el otro.

Decía William Faulkner que se puede luchar contra la ignorancia, contra el fanatismo y contra la intolerancia… por separado

A la muerte de Teófilo, la población cristiana eligió como nuevo patriarca a su sobrino Cirilo (370-444), un agitador conocido por su populismo, su intransigencia y su radicalidad, que implantó en la ciudad un régimen de persecución contra todos aquellos contrarios a su credo y prácticas, ora cristianos, ora paganos . El propio gobernador Orestes, cristiano y ex alumno de Hipatia, protestó ante el emperador. Entonces Cirilo llamó en su ayuda a «los 500 monjes”, una horda de fanáticos que se convirtió en su guardia pretoriana personal y sembraron el terror en la ciudad. Son los que lincharon a Hipatia.

El obispo Cirilo prosiguió con sus hazañas hasta su muerte. Es considerado santo por las iglesias ortodoxa, copta y católica (por precongregación), En 1882, el Papa León XIII lo proclamó Doctor de la Iglesia.

Decía William Faulkner que se puede luchar contra la ignorancia, contra el fanatismo y contra la intolerancia… por separado, pero si vienen a la vez y se quiere salvar el pellejo, lo más aconsejable es poner los pies en polvorosa. Hipatia no lo hizo y lo pagó con su vida. Nos legó el testimonio de su digno ejemplo y hoy, desde aquí, le rendimos homenaje.


Fuente: educational EVIDENCE

Derechos: Creative Commons

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