- CienciaPsicología
- 2 de mayo de 2024
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¿Son los jóvenes más inteligentes que sus mayores?
¿Son los jóvenes más inteligentes que sus mayores?
Mi investigación muestra que las diferencias cognitivas entre generaciones están disminuyendo
A menudo damos por sentado que los jóvenes son más inteligentes, o al menos más rápidos, que las personas mayores. Por ejemplo, todos hemos oído que los científicos, y más aún los matemáticos, realizan sus trabajos más importantes cuando son comparativamente jóvenes.
Pero mi nueva investigación, publicada en Developmental Review, sugiere que las diferencias cognitivas entre los mayores y los jóvenes están disminuyendo en los últimos tiempos. Esto es enormemente importante, ya que los estereotipos sobre la inteligencia de las personas de sesenta años o más pueden estar inhibiéndolos, por igual en el desempeño de su trabajo que fuera de él.
El envejecimiento cognitivo se acostumbra a medir comparando a adultos jóvenes, de entre 18 y 30 años, con adultos mayores, de 65 años o más. Hay una variedad de tareas que los adultos mayores no realizan tan bien, en comparación con los adultos jóvenes, como la memoria, la capacidad espacial y la velocidad de procesamiento, que a menudo forman la base de las pruebas de coeficiente intelectual. Dicho esto, hay también algunas tareas en las que las personas mayores obtienen mejores resultados que los más jóvenes, como la comprensión lectora y el vocabulario.
La disminución de la cognición está impulsada por un proceso llamado envejecimiento cognitivo, que le ocurre a todo el mundo. Contra lo que suele pensarse, los déficits cognitivos relacionados con la edad comienzan muy temprano en la edad adulta; se ha medido que la disminución de la cognición se inicia a partir de los 25 años.
A menudo, sólo cuando las personas llegan a una edad avanzada la acumulación de estos efectos deviene observable. Las quejas más comunes consisten en entrar en una habitación y olvidar por qué se entró en ella, dificultad para recordar nombres o para conducir en la oscuridad.
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El problema de la comparación
Sin embargo, a veces, comparar a los adultos jóvenes con los adultos mayores puede resultar engañoso. Son generaciones crecieron en épocas diferentes, con diferentes niveles de educación, atención médica y nutrición. También llevan estilos de vida distintos: algunas personas mayores han vivido una guerra mundial, mientras que la generación más joven ha crecido con Internet.
La mayoría de estos factores favorecen a la generación más joven, y esto puede explicar parte de su ventaja en las tareas cognitivas.
De hecho, muchas investigaciones existentes muestran que el coeficiente intelectual ha ido aumentando globalmente a lo largo del siglo XX. Esto significa que las generaciones nacidas más tarde son más capaces cognitivamente que las nacidas antes. Esto se puede constatar incluso cuando ambas generaciones son evaluadas de la misma manera a la misma edad.
Aun así, en la actualidad hay cada vez más evidencias de que los aumentos en el coeficiente intelectual se están estabilizando, de modo que, en las últimas dos décadas, los adultos jóvenes no son más capaces cognitivamente que los adultos jóvenes nacidos poco antes. Factores que, en conjunto, pueden subyacer a los resultados actuales, en el sentido de que las diferencias cognitivas entre los adultos jóvenes y mayores están disminuyendo con el tiempo.
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Nuevos resultados
Mi investigación comenzó cuando mi equipo empezó a obtener resultados extraños en nuestro laboratorio. Descubrimos que, a menudo, los resultados de las diferencias por edad que obteníamos entre adultos jóvenes y mayores eran menores o inexistentes, en comparación con investigaciones anteriores de principios de la década de 2000.
Esto me impulsó a comenzar a observar las tendencias en las diferencias de edad en la literatura psicológica propia de esta área. Descubrí una variedad de datos que comparaban a adultos jóvenes y mayores desde la década de 1960 hasta la actualidad. Tracé estos datos con el año de publicación y descubrí que los déficits de edad se han ido reduciendo a lo largo de las seis últimas décadas.
A continuación, evalué si los aumentos promedio en la capacidad cognitiva a lo largo del tiempo observados en todos los individuos eran un resultado que también se aplicaba específicamente a los adultos mayores. Existen muchas y amplias bases de datos que han trabajado con los mismos grupos de personas, que cada pocos años participaban sucesivamente en las mismas pruebas. Analicé estudios que utilizaron estos conjuntos de datos para observar a los adultos mayores.
Descubrí que, al igual que los jóvenes, los adultos mayores se estaban volviendo más capaces cognitivamente con cada nueva cohorte. Pero si las diferencias están desapareciendo, ¿significa esto que las mejoras en la capacidad cognitiva de los más jóvenes se han ralentizado o que las de las personas mayores han aumentado?
Analicé los datos que mi propio laboratorio que había recopilado durante un período de siete años para averiguarlo. Con ello, pude disociar la actuación de los jóvenes de la actuación de los mayores. Descubrí que cada cohorte de adultos jóvenes obtenía resultados de nivel similar durante este período de siete años, pero que los adultos mayores, en cambio, mostraban mejoras tanto en la velocidad de procesamiento como en las puntuaciones de vocabulario.
Creo que los adultos mayores de hoy se están beneficiando de muchos de los factores que antes eran más aplicables a los adultos jóvenes. Por ejemplo, el número de niños que iban a la escuela aumentó significativamente en la década de 1960, y el sistema se parecía más a lo que es hoy que a principios del siglo XX.
Esto se está reflejando en que las cohortes que aumentan sus puntajes en la actualidad son las de los adultos mayores. Al mismo tiempo, los adultos jóvenes han tocado techo y ya no mejoran tanto con cada cohorte.
No está del todo claro por qué las generaciones jóvenes han dejado de mejorar tanto. Algunas investigaciones han explorado la edad materna, la salud mental e incluso las tendencias evolutivas. Por mi parte, pienso más bien que existe simplemente un techo natural: un límite a cuánto factores como la educación, la nutrición y la salud pueden contribuir a mejorar el rendimiento cognitivo.
Esta información tiene implicaciones importantes para la investigación sobre la demencia. Por ejemplo, es posible que un adulto mayor moderno en las primeras etapas de demencia pueda pasar una prueba de demencia diseñada hace 20 o 30 años para la población general de esa época.
Por lo tanto, dado que los adultos mayores tienen un mejor desempeño en general que las generaciones anteriores, puede ser necesario revisar las definiciones de demencia que dependen del nivel de capacidad esperado de un individuo.
Por último, debemos repensar lo que significa envejecer. Y, finalmente, buenas noticias: podemos esperar ser más capaces cognitivamente que nuestros abuelos cuando lleguemos a su edad.
Stephen Badham, Profesor de Psicología, Nottingham Trent University
Este artículo se republica desde The Conversation bajo licencia Creative Commons. Leer el original.